Brunswick, tradición y modernidad

Brunswick, tradición y modernidad

Escrito por: slopez    20 noviembre 2013    3 minutos

Si decidimos recorrer el estado de Baja Sajonia, encontramos, a orillas del río Oker, la segunda ciudad más grande de todo el estado, sólo por detrás de Hanóver. Una localidad que ha sabido entremezclar la tradición con la modernidad, habiendo adquirido su historia gran riqueza con el paso de los siglos. Nos espera la ciudad de Brunswick.

La antigüedad de Brunswick no está muy clara, aunque algunos estudios la colocan a mediados del siglo IX. Su nombre original hacía referencia a un lugar de descanso para mercaderes y sus mercancías. Ya en el siglo XIII, su importancia comercial y económica se vio reforzada con la entrada en la Liga Hanseática. Con el paso de los años, ha mantenido esa riqueza económica y, sobre todo cultural, aún habiendo sido destruida tras el paso de la II Guerra Mundial.

El paso de los años la convirtió en una ciudad imperial y en lugar de residencia de varios intelectuales que le dieron un gran carácter de innovación, que llega hasta la actualidad. De hecho, en Brunswick, se han asentado muchos institutos internacionales que han llevado a coronarla, desde el año 2007, como Ciudad de las Ciencias.

Entre los lugares que encierran la historia cultural de Brunswick, podemos empezar hablando del Museo Duque Anton Ullrich, considerado como el museo de arte más importante del estado y recogiendo, en sus diversas exposiciones, la colección de arte antiguo más completa de toda Alemania. Debido a remodelaciones en el mismo, parte de esas exposiciones se representan en el Castillo Dankwarderode.

El Castillo Dankwarderode se encuentra localizado en la Burgplatz, en el centro de la ciudad, siendo, durante varios siglos, residencia de los Duques de Brunswick. El castillo, en la actualidad, muestra el estilo renacentista del siglo XVII, aunque se inició como fortaleza en el siglo XI, siendo reconstruido, en el siglo XIII, tras un incendio.

Cabe destacar en él, el Salón de los Caballeros, donde se puede ver representado lo más característico de los castillos en la etapa medieval. La colección medieval que muestra el castillo, se puede ver en horarios de 10 de la mañana a 5 de la tarde, martes y de jueves a domingo, y los miércoles, de 1 a 8 de la tarde. El Salón de los Caballeros, de 10 a 11 de la mañana (mismos días que la colección) y los miércoles, de 2.30 a 4 de la tarde.

Si alguien nos habla de un edificio sonriente en Brunswick, no nos está mintiendo. En el histórico barrio de Magniviertel, encontramos la casa Happy Rizzi, diseñada por el artista neoyorquino James Rizzi. Aunque no es visitable en su interior, su cuerpo en tres dimensiones y la sonrisa y los colores de su fachada hacen una mezcla que, al menos, merece la pena ver desde el exterior.

La oferta artística y de souvenirs también tiene su importancia, reflejado en los diversos lugares donde podemos apreciarla. De esta manera, tenemos el Teatro Estatal y varios locales privados donde disfrutar de la música local. En el casco antiguo, un elenco de tiendas nos esperan para mostrarnos lo más tradicional de Brunswick.

Alternando lo moderno con lo clásico, Brunswick nos brinda la posibilidad de conocer otro lugar más de Alemania donde la riqueza cultural e histórica quedan patentes en sus calles y edificaciones. Una ciudad más donde poder disfrutar de esa magia que desprende el país germano.

Vía | wikipedia
Foto | flickr-Michael

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