La Gastronomía alemana: vino, cerveza y schnaps
La semana pasada comenzamos con el primero de una serie de artículos que vamos a dedicar a la gastronomía de Alemania. Si en el anterior post, reflejábamos los ingredientes básicos que más se utilizan en el arte culinario alemán, esta semana vamos a refrescar un poco el gaznate con las bebidas típicas del país bávaro.
Alemania es muy conocida por la variedad de sus cervezas. En cualquier punto del país, podemos encontrar variedad en esta bebida, teniendo cada región sus propias especialidades y maneras de elaborarla. La cerveza más conocida de Alemania es la tipo Pilsen. La cerveza Pilsen tiene su origen y fabricación en la ciudad del mismo nombre, en la República Checa. Su elaboración se basa en cereal de malta de Moravia tipo pilsen, agua de baja dureza y, fundamentalmente, lúpulo Zatec, planta que favorece la fermentación de la misma.
Si hacemos un breve recorrido por las regiones alemanas, encontramos la cerveza Kölsch de Colonia, la cerveza Berliner Weisse de Berlín, la cerveza Gose de la comarca de Harz (la cordillera más alta del norte de Alemania) o la cerveza Rauchbier de Franconia. También tenemos que destacar la cerveza Braunschweiger Mumme de Braunschweig, una de las cervezas más antiguas de Europa.
No podemos olvidar los eventos que se realizan en torno a esta bebida. A lo largo de todo el país, se celebran fiestas de la cerveza en los meses de septiembre y octubre. Sin duda, la más conocida en ese sentido, es la Oktoberfest, que tiene un carácter internacional y que se realiza en la ciudad de Munich desde 1810, rindiéndose tributo a esta amarga bebida, consumiéndola en las enormes jarras denominadas Humpen.
Pasamos de la cerveza al vino, en el que podemos encontrar gran variedad, dado que Alemania es gran productora de esta bebida. Existen hasta dieciséis regiones vinícolas repartidas por todo el país, proveniendo, sobre todo, de las riberas de ríos como el Rin, el Main o el Mosel. El vino más típico suele ser blanco y las uvas más conocidas de las que deriva son la Riesling (uva blanca de la región del Rin) y la Silvaner, también uva blanca pero de menos acidez.
Al igual que con la cerveza, el vino también posee sus eventos anuales durante los meses de septiembre y octubre (época de recolección). Las fiestas que se celebran en honor al vino se denominan Weinfest, donde se degusta solamente el vino nuevo (llamado Federweisser) y unos tradicionales pasteles de cebolla, denominados Zwiebelkuchen.
Finalmente, hablamos del schnaps, bebida más típica con anterioridad y que en la actualidad ha derivado en otras como los cocktails. El schnaps es una especie de aguardiente, cuyo proceso de fermentación lleva su temperatura por encima de los 17 grados. Aunque se ha perdido la tradición de acompañar el schnaps a la cerveza, podemos destacar algunos tipos como el Goldwasser de Danzig (aguardiente de 40 grados) o el Jägermeister, elaborado con hierbas y con 35 grados de alcohol.
La próxima semana continuaremos con nuestro recorrido por la gastronomía alemana. Un motivo más para querer conocer las costumbres de Alemania, sobre todo si esto nos lleva al gran placer de la degustación de sus bebidas y comidas más típicas.
Vía | wikipedia
Foto | flickr-Farktographer1