Chocolate belga, entre los mejores del mundo

Escrito por: bgarcia    30 marzo 2012    1 minuto

El primer europeo en probar el chocolate fue Hernán Cortés en la corte de Moctezuma. En el siglo XVI comenzó a exportarse a España donde se convirtió rápidamente en una bebida de la corte. En 100 años su consumo se había extendido por Europa y comenzaron a salir nuevas recetas, más dulces y adaptadas al paladar del Viejo Continente. Si bien también se consumía en Bélgica en esa época, no fue hasta la colonización de el Congo por Leonardo II, cuando se posicionó como un ingrediente imprescindible en la gastronomía del país.

Los belgas aprendieron a trabajar el chocolate en Suiza, y curiosamente estos últimos lo habían descubierto siglos antes en Bélgica. Fue un interesante intercambio que les ha llevado a ser competidores en la producción de esta exquisitez.

Uno de los grandes éxitos del chocolate belga son los praliné, los bombones rellenos. Son invención de Jean Neuhaus, nieto del fundador de la empresa, un suizo afincado en Bruselas, en 1912. Un paso muy importante en su expansión fue la incorporación en 1915 de la caja ballotin, una forma segura y muy elegante de transportar los bombones, que hasta entonces se llevaban en cucuruchos de papel en los que se estropeaban.

Actualmente el chocolate es más que una parte de la gastronomía de Bélgica, es una seña de identidad. Pocos visitantes se resisten ante los tentadores escaparates de las chocolaterías. Elegir cual probamos o nos llevamos como souvenir es lo más complicado de un viaje por Bélgica.

Vía | Brussels-Belgium Travel Guide
Foto | Flickr-Boris&co

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