Dinant, la Hija del Mosa
La llaman la Hija del Mosa porque la ciudad se extiende a lo largo de la orilla de este gran río. Es Dinant el nombre de esta ciudad, una localidad que no llega a los 15 mil habitantes pero que es una pequeña joyita turística, por la cantidad de lugares de interés que ofrece pese a no ser una de las ciudades más conocidas de Bélgica.
La Ciudadela de Dinant, que se eleva sobre el peñón Bayard que comprime la ciudad contra el río, es su monumento más conocido. Fue construida a mediados del siglo XI por orden del príncipe obispo de Lieja y para hay dos formas de llegar hasta ella para su visita turística, una más costosa que es andando, subiendo una escalera con más de 400 peldaños, y otra más cómoda, que es usando el teleférico.
Otro monumento que hay que conocer es la Catedral de Notre-Dame, a la que se llega tras una agradable paseo por la ribera del río, justo a los pies de la Ciudadela. Esta iglesia, reconstruida y acabada en el siglo XVI sobre un templo románico anterior, destaca por la curiosa forma de su torre, y en el interior, por sus espectaculares vidrieras.
Eso en cuanto a monumentos principales, pero Dinant ofrece muchas más cosas. Por ejemplo, para aquellos a los que os interese la gastronomía, en Dinant hay una fábrica de galletas donde se elaboran, de forma artesanal, unas galletas muy propias de la región, amén de la conocida como ruta de la cerveza. Además, en los alrededores hay excursiones de lo más interesantes.
Para llegar a Dinant lo más cómodo es hacerlo en tren, desde Bruselas. Prácticamente cada hora sale un tren desde la capital que, desde 15 euros el billete, te lleva hasta Dinant en un trayecto que dura algo menos de dos horas y que atraviesa todas las Ardenas belgas.
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Foto | Flickr – Andrés Nieto