Frutillar, la joya del sur
Hay lugares que enamoran con una sola fotografía y que al visitarlos defraudan, otros como Frutillar sorprenden porque son aún más bellos de lo que esperábamos. Este municipio a orillas del lago Llanquihue en la Región de los Lagos chilena, es simplemente espectacular. Al otro lado de la playa de arena oscura los volcanes Osorno, Puntiagudo y Tronado completan un paisaje de postal.
Frutillar fue fundada en 1856 por emigrantes alemanes que imprimieron el carácter de su país natal a este pedacito de Chile. Agricultores y ganaderos construyeron casas y granjas que prosperaron gracias a la estratégica situación del municipio entre Puerto Montt y Osorno. Hoy día el Museo Colonial Alemán de Frutillar recrea la arquitectura tradicional alemana y el medio de vida de sus primeros pobladores entre jardines y muestras de cultivo. La gastronomía de la zona sigue conservando una importante influencia alemana.
La ciudad es conocida por sus Semanas Musicales que tienen lugar cada año a finales de enero y que se celebran en el Teatro del Lago. Buena música en un entorno incomparable. Pero el turista tiene mucho más donde elegir. Se puede realizar senderismo por la Reserva Forestal Edmundo Winkler y, por el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales donde se encuentran las Termas El Callao, un lugar perfecto para reponer fuerzas y darnos un baño en sus calientes y mineralizadas aguas. Los volcanes Calbuco y Osomo se pueden escalar pero se aconseja hacerlo con guías experimentados.
Los deportes náuticos son otro de los atractivos de la zona ya que en el lago se permite la práctica del esquí acuático y la pesca deportiva entre otros. Además es posible recorrerlo en crucero o alquilando una embarcación en el club de yates. Frutillar tiene un buen número de alojamientos y cuenta con excelentes servicios de restauración.
Vía | Frutillar
Foto | Flickr-Camilonacho