La Isla de Benidorm, un reducto de tranquilidad frente a la ciudad alicantina
Detrás de Benidorm se alza el Puig Campana, una montaña que tiene una curiosa hendidura en su parte superior. Cuenta la leyenda que un gigante golpeó la montaña y ese trozo de piedra salió volando y cayó frente a costa de la ciudad alicantina. Hoy es la Isla de Benidorm y se puede visitar utilizando uno de los barcos que realiza el trayecto hasta este lugar.
La isla tiene una superficie de 6,57 hectáreas, o lo que es lo mismo, 350 metros de longitud y 260 metros de anchura, con una altura máxima de 73 metros sobre el nivel del mar. Está situada a unas 2,5 millas nauticas, que las golondrinas, que es como se llaman las embarcaciones que realizan el viaje, recorren en unos quince minutos.
Estas embarcaciones salen desde el puerto, situado al final de la Playa de Poniente. Las Golondrinas llevan a los visitantes hasta la isla y se puede pasear por ella, contemplando el paisaje natural y protegido de la misma y al fondo, el skyline del Benidorm. También se puede disfrutar de un refresco o una cerveza en la terraza del bar que se abrió allí para atender a los turistas.
La visita se puede realizar durante el tiempo que se quiera, aunque no se puede pasar la noche allí. Cuando se desee se puede volver con cualquiera de los otros barcos que salen desde la isla hasta el puerto de Benidorm. Pero no es la única opción para visitar la Isla de Benidorm.
Dos de los barcos que realizan este trayecto desde Benidorm hasta la isla tienen un fondo panorámico, que permite ver el fondo marítimo. Sentados en taburetes, los visitantes pueden ver el fondo de la isla, con toda la fauna que vive en los distintos rincones del fondo. Peces, morenas y otros animales del mar Mediterráneo se dejan ver para que la experiencia sea lo más completa posible.
Foto | Joan Grifols – Flickr
Vía | Wikipedia
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