Muralla romana de Lugo

Lucus Augusti, la actual Lugo, fue una ciudad fundada por los romanos en el año 13 a.C. Muchos años más tarde, sobre finales del siglo III d.C y principios del siglo IV debido a los malos momentos políticos y militares sus gobernantes decidieron construir una muralla para proteger a sus habitantes de los ataques de posibles enemigos. Para su construcción se utilizaron como materiales principales la pizarra y la sillería de granito.

Esta muralla tiene un perímetro de más de dos kilómetros que rodea el casco antiguo de Lugo. Sus muros tienen una anchura media de unos seis metros y una altura que oscila entre los diez y los doce metros. Los robustos muros estaban rematados con ochenta y cinco torres que se supone servirían para vigilancia y para asomar por sus ventanas elementos defensivos como ballestas y escorpiones.

Actualmente sólo quedan los cuadrados que reflejan la existencia de estas torres pero no superan la altura del adarve. Tan sólo quedan restos de una torre llamada A Mosqueira que tiene un poco más de altura. El adarve es la zona que se utilizaba para las guardias. Sobre las murallas había un pasillo protegido del exterior por un parapeto almenado. El adarve de Lugo tiene una anchura de unos cuatro metros y se ha convertido en una calle más de la ciudad por la que poder admirar el casco antiguo o dar un tranquilo paseo.

Por último se cree que las murallas tuvieron en sus orígenes cinco puertas que poco a poco fueron soportando añadidos con el paso del tiempo. Con la inevitable expansión de la ciudad se abrieron cinco puertas más. Actualmente seis de estas puertas son peatonales y cuatro de ellas permiten el tráfico rodado. Gracias a su gran conservación y a mantener en pie todo su perímetro original, la UNESCO no dudó en nombrarla Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Vía | Lugo turismo
Foto | Flickr-FreeCat

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