La casa del terror en la ciudad de Budapest
Aunque el nombre del lugar sobre el que realizamos este post, pueda sonar a película de miedo o a un espectáculo relacionado con la época de Halloween, la realidad es bien distinta. Esta casa del terror en la capital de Hungría sólo pretende mostrarnos las barbaries de los regímenes dictatoriales del siglo XX en el país y un homenaje a las víctimas sometidas por ellos.
Este museo se encuentra ubicado en el número sesenta de la Calle Andrássy, abriendo sus puertas, por primera vez, en febrero del año 2002. A través de la Plataforma Europea de la Memoria y la Conciencia, en el museo podemos encontrar diversas exposiciones de los actos que se realizaron durante las dictaduras en Hungría.
La solemnidad de la que está construida el edificio, con un claro color negro en su exterior, paredes de hoja y acera de granito, le da un aspecto muy monumental, contrastando con el resto de edificios de la Calle Andrássy. A lo largo de tres plantas, podemos conocer el relato de los diversos sucesos que acompañaron a las víctimas de estos regímenes, en su lucha contra ellos.
Entre las exposiciones permanentes que podemos recorrer en el museo, encontramos una con material sobre las relaciones de la Hungría comunista con la Alemania Nazi y la Unión Soviética. Otras nos muestran como eran ciertos partidos fascistas como el Partido de la Cruz Flechada o la organización ÁVH, similar al KGB de la Unión Soviética. En los sótanos del museo, se exponen las cámaras de tortura que la ÁVH utilizaba para quebrantar la voluntad de los luchadores contra el comunismo.
Otro contraste interesante se produce en las salas del interior, entre unos colores oscuros y sombríos y unas habitaciones de mayor iluminación. Esta mescolanza de colores se funde con una esplendorosa música de fondo, realizada con instrumentos de cuerda, mezclas estereofónicas especiales y diversos efectos de sonido.
Con el paso de los años, desde su inauguración, el museo siempre ha estado en el ojo del huracán, por unos, y en el estado del beneplácito por otros. Por los que criticaban y por los que se defendían de esas críticas. A pesar de ello, lo que no se ha podido evitar es el éxito de público que accede a su interior, siendo superior a las trescientas cincuenta mil anuales.
Si pasean por las calles de Budapest, merece la pena dar una vuelta por este museo que muestra un pedazo de la historia de Hungría que no conviene olvidar, en especial por sus habitantes. Su horario, de martes a domingo, de 10 de la mañana a 6 de la tarde y los lunes cerrado. Visiten y juzguen ustedes si realmente merece las críticas que recibe o no.
Vía | verbudapest
Foto | flickr-Pascal Terjan