Villa Adriana, área de recreo de los emperadores

A unos treinta kilómetros de Roma encontramos Villa Adriana, construida para el descanso del emperador Adriano en el siglo II. Parece ser que el emperador romano no acababa de sentirse cómodo en el palacio del Monte Palatino por lo que mandó construir una pequeña ciudad para su disfrute personal a las afueras de Tivoli.

Como entusiasta de los viajes, de la cultura y el arte, Adriano decidió condensar en su pequeña villa de recreo los edificios, construcciones y estilos que más le atrajeron durante sus viajes. En sus 120 hectáreas construyó termas, bibliotecas, teatros, palacios y fuentes. Todo ello decorado con majestuosas estatuas y elementos de mármol que poco a poco fueron siendo expoliado por los saqueadores y otras se exhiben en museos como el Museo del Prado o el Museo del Louvre.

La Villa Adriana fue planeada y construida en varias fases ya que fueron excavados túneles y galerías debajo de los edificios con el objetivo de que los sirvientes se desplazasen por ellos y no tuviesen que mezclarse con la gente noble. Una de las construcciones más llamativas es el Canopus, formado por una piscina y una gruta artificial que pretendía copiar un santuario de Alejandría.

Otra estructura digna de visitar es el Teatro Marítimo, un teatro rodeado de columnas dentro de una isla a la que sólo se podía acceder por dos puentes levadizos. La villa estuvo formada por más de 30 edificios que todavía hoy quedan por excavar. Aún así necesitarás casi toda una mañana si quieres recorrer todos sus jardines.

Vía | Disfruta Roma
Foto | Flickr-Dalbera

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