El Cabo de San Vicente, excursión en el Algarve

Escrito por: Xavi    29 septiembre 2014    2 minutos

Uno piensa que en el invierno, en un destino de sol y playa como el Algarve, no hay nada que hacer, pero realmente se equivoca. A pesar de que el tiempo no acompañe como para disfrutar de la playa podemos disfrutar de otros encantos, como por ejemplo, las maravillas naturales de la región.

Así, por ejemplo, una de las excursiones más recomendadas es ir hasta el Cabo de San Vicente. Este accidente geográfico marca el punto más occidental de esta parte sur de la Península Ibérica, y así, en la antigüedad estaba considerado como uno de los confines del mundo conocido, cual Finisterra en la provincia de La Coruña.

En el Cabo de San Vicente nos encontramos con un faro, cuyo origen se remonta al siglo XVI, si bien la construcción actual es del siglo XIX y fruto de diversas modificaciones y mejoras hechas a lo largo del tiempo. Tiene un alcance de 32 millas náuticas, que viene a ser casi 60 kilómetros de distancia, uno de los mayores del mundo.

El Faro se encuentra dentro de una Fortaleza, conocida como Fortaleza de Sagres, que es el pueblo más cercano a este Cabo de San Vicente, a unos 5 kilómetros. Dicha fortaleza se empezó a construir en el siglo XV, aunque está constatado la existencia de templos mucho más antiguos en la zona, probablemente de época romana.

Aparte de disfrutar de estos dos elementos culturales e históricos, lo mejor del Cabo de San Vicente es su paisaje. Los impresionantes acantilados, las vistas al Atlántico en un lugar que fue escenario de batallas navales y las increíbles puestas de sol que aquí se disfrutan son un premio suficiente al que se aventure a conocer este rincón, nunca mejor dicho, de Portugal.

Foto | Flickr – Natalia Pérez de Villarreal

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