Torre de Belem, monumento típico de Lisboa
En una primera visita a Lisboa, hay que ir derechito a los monumentos más típicos, y entre lo más típico que podemos encontrar en la capital portuguesa está la Torre de Belem. Esta torre y baluarte se encuentran sobre la orilla del río Tajo en la costa de Belem, y se llega a ella fácilmente dando un agradable paseo en tranvía, tomando la línea 15.
La Torre de Belem, construida a primeros del siglo XVI, es una fortaleza defensiva que servía para la defensa de la entrada a la ciudad por mar, y para recaudar impuestos y como prisión. Sin embargo, dista un poco de las típicas torres del homenaje de los castillos medievales, ya que su decoración exterior es bastante rica. Es lo que se llama arquitectónicamente estilo manuelino, un estilo propio de Portugal cuyo nombre hace honor al rey Manuel I y que nos recuerda el poder económico del reino portugués durante aquella gloriosa era de los descubrimientos.
Declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1983, podéis contemplar desde fuera esta hermosa torre de 35 metros de altura o podéis descubrirla desde su interior, aunque para esto último hay que pasar por caja. El precio de las entradas es de 5 euros por adulto, con descuentos para mayores de 65 años y para niños entre los 18 y los 15 años, porque los menores de esa edad no pagan. Si tenéis la tarjeta Lisboa Card no tendréis que pagar entada, así como los domingos y festivos, que hay puertas abiertas sólo por la mañana.
La Torre de Belem abre de martes a domingo entre las 10:00 y las 17:00 horas, aunque entre mayo y septiembre el horario de cierre se alarga hasta las 18:30 horas. Otros días que cierra al público son Navidad, Año nuevo, el Domingo de Pascua y el 1 de mayo.
Foto | Flickr – Bernt Rostad
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