Basilea, ciudad cultural y fronteriza
Lo primero que compruebas al aterrizar en Basilea es que se trata de una ciudad fronteriza, lo que indudablemente marca su carácter. Esta situada en una «esquina» en el noroeste de Suiza y tiene frontera con Alemania y Francia, en la región que se conoce como de los tres países (Dreiländereck, District des trois frontièrese, Regio TriRhena), oficialmente Euro-Región Alto Rhin. Es un lugar precioso, tranquilo y con un elevado nivel de vida.
Basilea está dividida por el Rin en dos zonas, en la orilla izquierda Gran Basilea, Grossbasel, en la derecha Pequeña Basilea, Kleinbassel. Entre ambas siempre ha habido rivalidad y se considera que una peculiar figura en Grossbasel, el Lällekönig, una imagen que saca la lengua hacia la orilla derecha, hace burla a sus vecinos y recuerda dicha enemistad. En Pequeña Basilea la ofensa se devuelve durante el Carnaval, el más importante de Suiza, bailando de espaldas a la otra parte de la ciudad. Pero esto no es más que folklore, la vida fluye entre ambas orillas del río con normalidad.
En Pequeña Basilea encontramos además de muchas cuestas y unas vistas impresionantes del río y la otra parte de la ciudad, la iglesia de St. Theodor del siglo XV y el museo Kleines Klingental. Es en la otra orilla donde se concentran los edificios y museos más importantes. Entre las visitas obligadas señalamos la Catedral, Münster, construida en estilo románico con añadidos góticos y en la que destacan las dos torres irregulares y la tumba de Erasmo de Rotherdam en el interior.
El Ayuntamiento (Rathaus) de inconfundible color rojo es un bellísimo edificio de estilo gótico tardío con sucesivas ampliaciones. Puedes reservar una visita guiada y acceder al patio interior gratuitamente, no dejes de hacerlo, merece la pena. El Rathaus está en la Plaza del Mercado, donde puedes aprovisionarte de quesos de todo tipo. Basilea tiene unos treinta museos que visitan anualmente más de un millón de personas. Por señalar alguno, además de las colecciones pictóricas, el de Casas de Muñecas es exquisito.
Foto | Flickr-iacominvs
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