Marktl y la casa natal de Benedicto XVI
Dentro del estado de la Alta Baviera, al sureste de Alemania, se encuentra una pequeña población de alrededor de 3.000 habitantes denominada Marktl. A simple vista, se puede suponer que es una localidad más del territorio alemán. Pero si descubrimos que en este pequeño pueblo se encuentra la casa natal del todavía (aunque ya por poco tiempo) Papa Benedicto XVI, probablemente a más de uno le despierte la curiosidad.
Los orígenes de Marktl datan del siglo XIV, siendo fundada por el conde de Leonberg. Inicialmente, era la denominación de los mercados de la época, honor concedido en 1422 por el duque Enrique VII. Con el paso de los años, esta población fue albergando mayor número de privilegios, hasta conseguir un escudo propio y la construcción de iglesias y de un puente sobre el río Inn, uno de los principales afluentes del Danubio, dándole así cada vez más repercusión como localidad.
En el año 1701, sufrió el devastador ataque de un incendio, teniendo que ser reconstruida en años siguientes. A pesar de ello, consiguió ser una importante estación dentro de la ruta del correo entre Viena y Munich, sobre todo para los príncipes de Thurn y Taxis, familia aristocrática alemana cuyo papel tuvo una gran repercusión en el servicio postal en Europa durante el siglo XVI.
Como decíamos al comienzo, alrededor de 3.000 habitantes, componen este pequeño municipio, de los cuales, el 83 por ciento son católicos. Quizás por ello no sorprende que la cuna del actual Papa sea Marktl por sus creencias religiosas. De hecho, se pueden encontrar detalles de tipo religioso por toda la localidad. Desde la iglesia, destacando su torre, pasando por su cementerio.
Pero insistimos en que, si por algún motivo esta ciudad puede tener algún nombre más popular, es por ser la ciudad natal de Benedicto XVI. La casa del todavía Santo Pontífice, se encuentra situada en el número 11 de la Markplatz (plaza del mercado), junto al Ayuntamiento.
Desde que en 1997, Benedicto XVI fuera proclamado hijo predilecto de la pequeña ciudad de Marktl, esta espera con gran deseo que la casa natal de Joseph Aloisius Ratzinger se transforme en una especie de patrimonio histórico para los ojos de todo el mundo. Incluso se han estado presentando propuestas para que se convierta en un museo.
Sólo es necesario un pequeño hecho sobresaliente para que un lugar desconocido para el mundo se convierta en un punto interesante, no sólo para conocer sino también para visitar. Sin duda que, los más devotos por la historia de nuestro último Papa, sentirán curiosidad por saber más del lugar que le vio nacer.
Vía | wikipedia
Foto | flickr-Nikhil Gargi
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