Tres cosas que hacer en Andorra durante el verano
Las vacaciones de verano en Andorra se pueden convertir en una gran opción para disfrutar de unos días en la naturaleza, con actividades y opciones de ocio.
Visitar Andorra es uno de los grandes placeres que podemos disfrutar tanto en verano como en invierno. Sus espacios naturales, su oferta de actividades y de ocio hacen que sea muy buena idea ir hasta este país enclavado en los Pirineos para pasar unos día de asueto y vacaciones. Pero otra de las cosas que puede hacer que nos decantemos por él a la hora de viajar es la gastronomía. Estos son cinco platos típicos de Andorra que hay que degustar.
El plato nacional de Andorra es, sin duda, l’escudella. Este plato tradicional se consume en invierno y en los días festivos más importantes. Es un estofado de carne contundente que está compuesto por pollo, morro y patas de cerdo, ternera, albóndigas y botifarra. También hay garbanzos y patata, que le aportan todavía más consistencia.
Este es un plato más ligero, que se elabora con col, puré de patatas y puerros. A estas verduras se añade tocino y se adorna con hojas verdes para darles color a la hora de servir.
Los canelones no tienen mucho misterio, pero en cada región donde son populares se aporta una manera distinta de hacerlos. En Andorra se puede disfrutar de una variante hecha con carne de gallina, cordero y cerdo para rellenar la lámina de pasta para crear este apetitoso plato tradicional, bien cubierto con bechamel.
Las setas no son un plato propiamente dicho, sino que es un ingrediente que se puede utilizar en muchos platos. Entre las especies de setas que se pueden disfrutar en Andorra destacan los rebollones, los ceps, los fredolics, múrgoles y cama-secs, entre otros. Una delicia que no hay dejar de probar.
La selección de postres tiene su principal argumento la presencia de productos de montaña. El queso fresco es una delicia en el postre, que también puede consistir en un trozo de coca masegada, similar a la coca catalana, una tradición gastronómica de la que también toma la crema catalana para convertirla en crema andorrana. Esta variedad sustituye el azúcar quemado por crema fresca batida.
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