La cerveza, símbolo de Bélgica

Visitar Bélgica es un placer. Lugares históricos, rincones mágicos, ciudades que unen el ambiente clásico y la modernidad más actual y una gastronomía excelente. Ya hemos hablado de la gastronomía belga en otro artículo, pero en este nos queremos centrar en algo que complementa esta gastronomía: la cerveza belga.

A principios del siglo XX en la ciudad de Lovaina había 788 establecimientos dedicados a la venta de cerveza. Y no solo ocurría esto en el reciente siglo XX, sino que desde el siglo XII, cuando Bélgica ni siquiera existía como país, ya existía una larga tradición de la elaboración de cerveza. A partir del siglo XIV ya había una gran cantidad de fábricas en Brujas, Lieja y la propia Bruselas.

Cervezas con personalidad propia

Cada región tiene su manera de elaborar la cerveza. En Bélgica encontramos un tipo de cervezas diferente al de otros países, todas ellas con una personalidad propia, que se han convertido en la seña de identidad del país. La mayoría de cervezas tienen como base la cebada, aunque hay también cervezas elaboradas a base de trigo y malta. También hay otros ingredientes que pueden utilizarse para darle otro sabor y textura.

En Bélgica se ha conseguido elaborar la cerveza con distintos ingredientes. Frutas, especias y hierbas aromáticas forman parte de las fórmulas utilizadas en su elaboración. También se ha trabajado la temperatura de fermentación, ya que cervezas como la Pilsen o la Lager utilizan temperaturas bajas, pero otras, con más cuerpo y más densas, necesitan otro tipo de fermentación.

Actualmente hay 180 grandes compañías cerveceras, aunque hay cientos de pequeños elaboradores artesanales, que aportan su toque especial a las cervezas que elaboran. Esto hace un total de más de 1.200 cervezas propias del país, que están a disposición de todos los aficionados a esta bebida, tanto belgas como de otros países que se acercan a visitarlo.

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Las cervezas belgas se conocen por ser bastante densas. Las cervezas trapenses, de abadía y otros tipos de esta bebida son muy comunes, ya que fue en los conventos y abadías donde se producía esta bebida de manera artesanal. En las oficinas de turismo del país hay varias rutas para conocer las principales cervezas y desde luego, no puede faltar una degustación de los distintos tipos en cervecerías, en las propias fábricas y en la sede de algún pequeño productor que ofrece vistas y catas.

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