La primavera belga, las clásicas ciclistas

El ciclismo es para Bélgica lo que el fútbol es para España, el deporte nacional. Cuando hay carreras, prácticamente se vive un día festivo y todo el mundo se echa en la calle a animar y jalear el paso de los ciclistas, mientras se toman unas cervezas, aunque el tiempo no acompañe.

Bélgica es país prolífico en pruebas ciclistas, pero las famosas son las carreras de un día, o clásicas, que suceden durante una época del año conocida como «primavera belga». No coincide plenamente con la primavera, pues comienza antes, y el tiempo tiene poco ver con lo que entendemos por primaveral, pues es época de lluvias, pero se le conoce así.

El Tour de Flandes es probablemente la carrera más conocida de las que se celebran durante la primavera belga. Es una carrera ya centenaria y que otorga un enorme prestigio al que la gana, pues no en vano es una de las carreras más duras del mundo, tanto por su extenso kilometraje como por la dificultad de afrontar los tramos de adoquín.

Al otro lado de Bélgica, la prueba más importante y más conocida es la Lieja – Bastogna – Lieja, otra clásica con una importante historia y que todo ciclista desea ganar. Junto con la Flecha Valona y la Amstel Gold Race, forman el llamado tríptico de las Ardenas, y es que aunque la Amstel empieza y termina en Holanda, en buena parte de su recorrido transita por carreteras belgas.

Estas son las pruebas más conocidas, pero el calendario está lleno de ellas. Está la Omloop Het Niewusblad, que es la que abre tradicionalmente el calendario, la E3 Prijs, la Gante – Wevelgen, la Kuurne – Bruselas – Kuurne … Y sólo estoy mencionando las más conocidas.

Si estás entre finales de febrero y finales de abril por Bélgica, seguro que te sorprende alguna de estas carreras. Os invito a que disfrutéis de ella igual que lo hacen los belgas, con sus cervezas, sus banderas y sus ganas de pasarlo bien y de disfrutar de este bello y noble deporte.

Foto | Flickr – Bram Souffrau

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