Un trozo del Muro de Berlín en Bruselas

Cada vez que llegamos al mes de noviembre se recuerda un acontecimiento muy especial: la caída del Muro de Berlín. Fue un 9 de noviembre del año 1989 cuando miles de berlineses decidieron no esperar hasta el día siguiente, en el que se iban a abrir las fronteras, y acabar con sus propias manos con aquel muro de la vergüenza.

Por entonces, yo todavía era muy niño para comprender lo que suponía la caída del muro, «El cambio», como bautizaron los alemanes a aquella situación. Pero sí veía en las caras de la gente que me rodeaba, cuando veía la noticia por televisión, que aquello era muy importante, que aquel cambio se iba a sentir en todo el mundo.

Ir a ver los pedazos que quedan en Berlín del muro o cruzar el famoso Check Point Charlie es una excursión típica en Berlín. Aunque realmente, existe la posibilidad de ver trozos del auténtico muro en otras ciudades de todo el mundo, como por ejemplo, en Bruselas.

En la ciudad considerada como la capital de Europa no podía faltar un pedazo del muro, que es algo más que un trozo de piedra. Ahora en estos tiempos que Europa busca la unión, viene bien recordar que hubo un tiempo en el que el Viejo Continente estaba separado en dos, tanto ideológicamente como físicamente.

Evidentemente, el trozo de muro está en un lugar bastante bien escogido: en la zona donde se encuentra el Parlamento Europeo. Llevado directamente desde la Plaza Potsdamer hasta ahí, la mayoría de la gente que visita el parlamento desconoce que está ahí y prácticamente se lo encuentra por sorpresa.

Foto | Wikimedia Commons – Frist Wiarda

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