Fernando de Noronha, isla turística en Brasil
De las islas que forman parte del país de Brasil y que se encuentran en el Oceáno Atlántico, una de las más conocidas es la llamada Fernando de Noronha. El desarrollo turístico de esta isla en la última década la ha convertido en uno de los principales activos que vende el gran país sudamericano de cara a atraer turistas de allende sus fronteras.
21 islas forman este archipiélago pero sólo una de ellas está habitada
Con este curioso nombre se denomina a un conjunto de 21 islas. La más grande y única habitada es la que se llama Fernando de Noronha y da nombre al conjunto global. Las otras, las más pequeñas, no pueden ser pisadas por el hombre salvo por aquellos que obtienen permiso para realizar investigaciones científicas. Las más pequeñas son trozos de roca volcánica que no han recibido ni nombre siquiera.
Así que toda la población y todo el turismo se concentra en la isla principal, la de Fernando de Noronha. Un nombre que es el mismo que el de un comerciante portugués que financió una expedición en la que se recorrieron por primera vez estas islas, siendo la primera persona en poner pie a tierra en ellas Américo Vespuccio, al que el continente americano debe su nombre.
El principal punto de interés de la isla para los turistas son sus aguas cristalinas. Aquellos que aman el buceo y el snorkel tienen en la isla de Fernando de Noronha a un paraíso comparable a las islas del Caribe. La isla cuenta con varias localizaciones ideales para descubrir la fauna marina, tanto para los expertos en este tipo de prácticas como para los novatos que decidan hacer sus primeras inmersiones. El surf es otro de los deportes maritimos más practicados en esta isla.
El buceo, el surf y los avistamientos de delfines son los principales atractivos de esta isla
Otro punto de interés son los avistamientos de animales marinos. Por ejemplo, las grandes tortugas marinas, en peligro de extinción, llegan a las costas para soltar sus huevos. También son habituales la excursiones para el avistamiento de delfines, muy comunes en estas hasta el punto de que a la bahía se la bautizó como la Bahía de los Delfines (golfinhos en portugués).
Aunque la isla se ha estado desarrollando en la última década para abrirse más al turismo internacional, sigue siendo un paraíso. Hay que señalar que las islas fueron declaradas como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, por lo que toda la oferta hotelera es sostenible. Aquí no hay grandes complejos hoteleros ni playas privadas.
Para llegar a esta isla, la forma más fácil es a través de su aeropuerto. Eso sí, no es un aeropuerto internacional sino sólo nacional, por lo que antes habría que hacer escala en alguna de las grandes ciudades brasileñas, como Río de Janeiro, Sao Paulo, Recife o Belo Horizonte.
Foto | Wikimedia Commmons – Ricardo Polisel Alves
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