Desierto florido, el milagro de Atacama

Entre septiembre y noviembre es casi imposible encontrar habitación en los hoteles de los alrededores del desierto de Atacama, en el Norte Chico de Chile. El motivo es que están llenos de clientes que esperan ver un fenómeno único, el desierto florido. Se trata de la floración de miles de plantas de más de 200 especies diferentes, la mayoría endémicas, sobre las rocas, la tierra y la arena del desierto más árido del mundo. El espectáculo es impresionante, los colores incontables.

El fenómeno se relaciona con la pluviosidad y el Niño. Ocurre cuando llueve en proporciones superiores a la media anual en esta zona, pero no necesariamente en los años de demasiadas lluvias. Puede haber otros factores que aún se están investigando. Gracias al agua caída, los bulbos y semillas que permanecen latentes bajo tierra, florecen en primavera.

Este espectáculo puede ser observado, solo si ha llovido, entre Copiapo y Vallenar, a 800 y 668 kilómetros al norte de la capital chilena. Lo más rápido es volar de Santiago a Copiapo, aunque también se puede llegar en autobús tras once horas de viaje. La Serena, donde también se llega por los mismos medios, es la ciudad más preparada para recibir turistas, aunque todas ellas tienen buenos alojamientos. Debido a la gran demanda como decíamos al principio, lo más recomendable es tener las reservas hechas antes de viajar.

El turismo que es muy beneficioso para la economía local de cualquier lugar, puede ser muy dañino en Atacama. Hay que respetar el entorno, saber que no se deben cortar las flores y mucho menos arrancarlas de raíz. No servirá, mueren a las pocas horas y no sobreviven en macetas. Y, sin embargo el daño es tal que muchas están ya en peligro de extinción. Hay que ser conscientes y acatar los consejos y normas de la zona para que podamos disfrutarla siempre que la naturaleza quiera ofrecerla.

Vía | Revista Travesías
Foto | Flickr-Mario Ormazabal
Más información | Joachim

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