Si acabas por el la zona del Dominio Real de Laeken, una zona un tanto alejada del centro de la ciudad, puede llegar el momento de que llegues a pensar que estás fuera de Bélgica y que has acabado en el Lejano Oriente. ¿Cómo? Pues llegando a uno de los rincones más exóticos de la capital belga.
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