4 pueblos para visitar cerca de Formigal después de esquiar

4 pueblos para visitar cerca de Formigal después de esquiar

Escrito por: Marc    21 diciembre 2021    4 minutos

Desde pueblos conocidos como Biescas, como pueblos que fueron abandonados y han vuelto a recobrar fuerza gracias al turismo, como Lanuza.

La de Aramón Formigal – Panticosa es la mayor estación de invierno de España y una de las más grandes en toda la cordillera pirenaica. Sus pistas se extienden por seis valles y suman un total de 180 kilómetros esquiables en el Alto Aragón.

Sin embargo, lejos de Esquiar en Formigal, con sitios como el que te recomendamos de Estiber, que es el principal atractivo de toda esta zona, cada vez son más turistas y visitantes los que deciden conocer Los Pirineos de otro modo, haciendo otras actividades también ligadas a la naturaleza pero no solo limitadas a la temporada de invierno.

Para muestra, un botón. Este último verano de 2021 ha sido muy positivo en registros turísticos. El Balneario de Panticosa ha cerrado la temporada con cifras récord, impulsado en gran medida por los programas de descuento a baños aplicados por el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca. A su vez, la inauguración de las Pasarelas del río Caldares, la ruta de los Miradores y los circuitos de mountain bike han permitido una importante afluencia de visitantes en el Valle de Tena.

En esta interesante oferta turística merece también la peña también señalas algunos pueblos en este valle, en pleno Pirineo Aragonés. No obstante, un apunte importante antes de ampliar la información sobre estos pueblos es recordar que el Valle de Tena es un emplazamiento ideal para recorrer en coche o en bicicleta y que hay atractivos como el dolmen, la fuente y la Ermita de Santa Elena o el embalse de Búbal que bien merecen una visita.

Biescas, el pueblo natal de Fernando Escartín

Biescas

A los no amantes del ciclismo quizás no les suene mucho el nombre de Fernando Escartín, pero este excliclista ha sido uno de los escaladores más destacados del panorama ciclista español en toda su historia.

Escartín nació en Biesacas, uno de los principales puntos del Valle de Tena. Se trata del pueblo que ofrece más vida en toda la zona y que sirve como punto de partida para conocer otros destinos.

Su oferta gastronómica y de alojamiento es muy extensa y entre las actividades más destacadas que se pueden realizar es pasear por la orilla del río Gallego, disfrutar de su centro histórico y comenzar la Ruta de las Iglesias de Serrablo, para conocer los templos de San Bartolomé de Gavín y San Pedro de Lárrede.

El pueblo celebra cada mes de octubre la Feria de Otoño, una cita en la que se reúnen cientos de ganaderos y se comercializan productos alimentarios propios de la zona, atrayendo así a centenares de visitantes.

Piedrafita de Jaca

Situado bajo el pico Peña Telera, Piedrafita es uno de los pueblos más pequeños en todo el valle. Su iglesia es muy pequeña pero muy acogedora, como todo el pueblo en su totalidad. Responde al diseño propio de los asentamientos urbanos en plena naturaleza montañosa.

Desde la localidad se pueden iniciar excursiones a puntos de gran belleza como el Ibón de Piedrafita o acercarse hacia pueblos cercanos, como es el el caso de Tramacastilla de Tena, al que se accede cruzando el bosque del Betato.

Sin embargo, todos estos atractivos quedan muy opacados por el Parque Faunístico Lacuniacha, en las faldas de la Sierra de Partacua con la Peña Telera siempre como protagonismo. En este parque se pueden observar ciervos, lobos y osos que viven en semilibertad rodeados de una flora y un paisaje únicos.

El Pueyo de Jaca

Pueyo De Jaca

El Pueyo de Jaca y La Hoz de Jaca son dos bonitos pueblos situados a orillas del pantano de Búbal. El Pueyo es un poco más grande y se levanta sobre el nivel del mar a unos 1.090 metros, en la confluencia de los ríos Gallego y Caldarés.

Como en otras localidades, el principal atractivo son las rutas de senderismo, pero también se suma la cercanía a Panticosa, con la estación de esquí. Su plaza cuenta con varios bares y una bonita iglesia, la parroquia de San Miguel, del siglo XVI. Caminando se puede llegar hasta Panticosa y la Hoz de Jaca.

Lanuza

Una última propuesta es Lanuza, situada aún más alto que El Pueyo. Esta localidad alcanza los 1.265 metros de altitud y es un pueblo que fue prácticamente abandonado, pero que ha recobrado mucha fuerza gracias a la actividad turística.

Lanuza

El embalse de Lanuza, que acoge las aguas del río Gallego, da lugar a bellísimas fotografías con las montañas pirenaicas como fondo. Sus viviendas de piedra y pizarra, muchas de ellas reconstruidas para dotar de más vida a la localidad, son escenarios perfectos para tomarse fotos. Pero sin duda lo que más atrae a los foráneos es el festival de música Pirineos Sur, que se celebra cada verano con gran éxito de afluencia.

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