Descubre el alma minera de Asturias con estas experiencias durante tus vacaciones
Asturias es una región que se ha dedicado de manera tradicional a la minería y ahora quiere aprovechar esa tradición para dinamizar el turismo. Hay muchos recursos que permiten acercarse al pasado de Asturias, conocer su pasado minero y al mismo tiempo, ofrecer varios atractivos turísticos para complementar las vacaciones.
Muchos lugares que no hace muchos años se dedicaban a la minería, hoy se han convertido en un valioso recurso turístico y en algo para descubrir durante las vacaciones. Estos son alguno de ellos, donde el pasado de Asturias se une al presente y permite disfrutar de actividades diferentes para toda la familia.
Bustiello, un pueblo minero para descubrir
La población de Bustiello es una zona residencial que fue levantado por el II Marques de Comillas. Es un pueblo que albergaba a trabajadores de las minas. Se puede visitar con guías especializados, en la que se puede conocer el estilo de vida que se tenía en el pueblo y se explica qué función tenía cada edificio: la escuela, la iglesia, el casino y todos los demás.
Samuño, el tren que traslada hasta la mina
Las infraestructuras de esta zona están orientadas hacia la minería, así que se puede descubrir la industria minera a través de las mismas. El Museo del Samuño, ubicado en Langreo, se recorre un trayecto de dos kilómetros a bordo del tren, del que se baja a 30 metros bajo tierra. Un ascensor, que en el argot minero se llama jaula, lleva hasta el histórico pozo San Luis. Allí se realiza una visita guiada que muestra cosas como la sala de máquinas, los motores, el equipamiento auxiliar y otros elementos del museo.
Museo de la Minería y la Industria, en L’Entregu
En la población de L’Entregu se encuentra el MUMI, que ofrece una visión de cómo se vivía la industria minera y se trabajaba en el interior de la mina. Para hacer más inmersiva la experiencia, hay una reproducción de una galería muy realista, que se ha construido a una profundidad de ocho metros. Su realismo es tal que parece que sea una galería real y que esté ubicada a mucha más profundidad.
El museo está comunicado con el Pozo San Vicente a través de un tren subterráneo y allí se puede hacer la visita guiada y conocerla. Una vez realizada la visita, se regresa al museo con el mismo tren subterráneo.
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