El Bioparc de Valencia tiene nuevos habitantes que podemos conocer
El concepto de zoológico ha cambiado radicalmente durante los últimos años. Aunque las primeras «casas de fieras» tenían a los animales en condiciones muy discutibles, en jaulas pequeñas y sin posibilidad de movimiento, actualmente los zoos son espacios donde se pueden ver en espacios aclimatados para que disfruten de cierto movimiento. Pero no es solo esa la diferencia fundamental. Hoy, los zoos buscan conocer a los animales e investigar a las especies en peligro de extinción para ayudar a su conservación
El Bioparc de Valencia es uno de los centros más avanzados en este aspecto, ya que el diseño de sus instalaciones buscan recrear la sabana africana, ubicando a los animales en espacios amplios y que son muy similares a las condiciones naturales que encuentran en su hábitat natural. una de las cosas que suele ocurrir en el parque valenciano es que se produzcan nacimientos de especies que no suelen reproducirse en cautividad.
Es fácil que en cada visita encontremos nuevos habitantes en alguna de las instalaciones del recinto, ya que las crías están enseguida a la vista del público, para que todo el mundo pueda disfrutar de estos pequeños, siempre con todas las garantías de cuidado y con la tranquilidad que necesitan.
El último de los recién llegados al parque ha sido un oricteropo que nació a finales de enero y que ya se puede ver junto al resto de su familia en su instalación. Este animal tiene costumbres nocturnas y suele dormir durante el día. Es bastante curioso, ya que se conoce como cerdo hormiguero y tiene orejas de burro, cuerpo de cerdo, cola de canguro y unas grandes y fortísimas garras.
En Bioparc se ha mantenido la costumbre de que la hembra y la cría se mantienen apartados del resto de la manada mientras dura el periodo de cría. Esta permanecía en una cueva acolchada y con calefacción durante la noche y por la mañana se trasladaba a la cueva donde estaba la madre. Durante un rato, la madre lo limpia y lo cuida y luego cae en un sueño profundo, mientras la cría aprovecha para amamantar. Cuando ha ganado peso y se ha hecho más mayor, ha comenzado a relacionarse con el resto de la manada y a poder disfrutar de las costumbres del resto de sus congéneres.
Durante todo el año, se puede encontrar algún cachorro que se incorpora a la vida del parque, ya que es una de las funciones del parque: realizar una labor de investigación y ayudar a la reproducción en cautividad a las especies que no suelen tener crías en los parques.
Foto 1 | Gabriel Villena Fernández – Flickr
Fotos 2 y 3 | Bioparc
Página Oficial | Bioparc
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