El diverso origen de las tapas españolas, un valor de nuestra gastronomía
Cuenta la leyenda que el rey Fernando VII visitaba en cierta ocasión la ciudad de Cádiz y paró en una taberna para calmar su sed. En ella pidió un vaso de vino y el tabernero, queriendo evitar que una inoportuna mosca llegara a posarse en el vino, creando una mala imagen de cara al monarca, cubrió la parte superior del vaso con una loncha de jamón. El rey se sorprendió ante esta original idea y cuando terminó el vino y el jamón, pidió otro «vino con tapa«. Como suele suceder, esta ocurrencia del monarca tuvo su eco en el resto de la comitiva y todos comenzaron a pedir esto, que trascendió a la taberna y que acabó siendo algo común, en la ciudad y en el país.
En esta versión se puede cambiar a Fernando VII por Alfonso XII, que también figura como protagonista de la anécdota fundacional, pero esto tiene muchos visos de no ser real. En realidad, la costumbre de tomar algún acompañamiento con las bebidas se remonta a mucho antes. Se dice que Alfonso X el Sabio siguió un tratamiento médico basado en el consumo de alcohol, al que acompañaba de algún alimento ligero para no sufrir los efectos de la bebida.
Realmente, las ‘tapas‘ se remontan a la época de la presencia musulmana y judía, que compartían esta costumbre para acompañar a las bebidas que consumían fuera de las comidas principales. Y también se llamaba ‘tapa’ a la comida que se ofrecía a las tropas cuando pasaban por un pueblo. En este caso, proviene del francés ‘etape‘. Incluso en la obra cumbre de la literatura española del Siglo de Oro, el Quijote, se habla de una merienda que ofrecen al Caballero y su escudero, todo ello «cosas incitativas que llaman a la sed a dos leguas«, lo que da una idea más acertada del verdadero origen de las tapas.
Queso, aceitunas, frutos secos y embutidos, por citar solo alguno de los productos que sirven de acompañamiento a las bebidas, provocan la sed. Y esto es algo que viene muy bien a los hosteleros, ya que con el consumo de una tapa, se suele repetir la bebida. La costumbre se ha mantenido durante todo este tiempo y hoy se ha convertido en un referente de la gastronomía española. Las tapas forman parte de la tradición gastronómica española y se ha convertido en uno de los placeres en muchos lugares, que se visitan para disfrutar de estos pequeños placeres para el paladar.
Andalucía es un referente para disfrutar de las tapas y son famosas las que se sirven en ciudades como Granada, Cádiz o Sevilla. En estos lugares, dicen los lugareños que se puede comer o cenar disfrutando de las tapas que se sirven con la bebida en cada bar de la provincia. En el País Vasco también hay mucha tradición de servir pinchos, una variante de las tapas que también tiene mucha aceptación entre los visitantes. Muchos turistas extranjeros disfrutan mucho de la variedad de las tapas que se ofrece en estos lugares. Las tapas se han convertido en un referente de muchas ciudades y un valor más a tener en cuenta a la hora de elegir un destino.
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