El parque Lobera de Melilla, un remanso de paz en la ciudad autónoma
Melilla cuenta con varios pulmones verdes, para descubrir y dejarse llevar por la tranquilidad que desprenden estos rincones. El parque de Lobera es uno de los más conocidos, con una superficie de dos hectáreas que invitan a pasear por él, escuchando a los pájaros que anidan en sus árboles y los que se encuentran en las zonas habilitadas para ellos a lo largo y ancho del parque. Este parque se edificó en el año 1927 y recibe el nombre de Cándido Lobera Girela, militar, escritor, periodista y político que en su día fue responsable del periódico El Telegrama del Rif y primer presidente no militar de la Junta Municipal, del año 1928 a 1931.
El lugar donde se levanta el parque Lobera era una zona llamada el pedregal de Ataque Seco, hasta que Cándido Lobera ordenó levantar el actual parque. En un principio recibió el nombre de parque Conde de Jordana, en honor al comandante general de Melilla de 1913 a 1915, pero en poco tiempo se decidió cambiar su nombre para honrar al auténtico impulsor del mismo. Se encuentra ubicado entre el Auditorium Carvajal, edificado en los años sesenta del pasado siglo y el Parador Nacional de Turismo, que data de los años setenta.
Tiene varios niveles, separados entre sí por bancales, que esconden una serie de fuentes, jaulas para pájaros autóctonos y tropicales, un estanque, cascadas y una exuberante vegetación que le aporta una imagen tranquila y acogedora. Este aspecto se lo dio la renovación realizada en el año 1978, después de la construcción del Parador Nacional de Turismo, que «robó» parte de la superficie del parque.
Entre la vegetación existente en el parque Lobera encontramos pinos, causarinas y otras especies como acacias y algarrobos, aunque con menor presencia. En sucesivas reformas se han incorporado plantas trepadoras para dotar de más presencia a las verjas que delimitan el parque, así como las plantas que enmarcan el estanque. Este cuenta con varias cascadas y parte de la plaza central del parque para terminar en el acceso al parque desde la avenida Cándido Lobera.
También cuenta con elementos como un templete para bandas de música y diversas fuentes y estatuas. Es un parque tranquilo, ya que los melillenses ven con desgana el desnivel que hay que superar para llegar hasta él, debido a su ubicación. Aún así, es una buena opción para visitar durante la visita a la ciudad de Melilla, que esconde esta y otras sorpresas que encandilan al visitante.
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