Palma de Mallorca es mucho más que maravillosas playas y en otoño puedes descubrirlo
Aunque solemos asociar a Palma de Mallorca con las vacaciones de verano, en otoño también se puede disfrutar de muchas actividades al aire libre, como deportes.
Mallorca es un paraíso en España, no solo por sus playas y su cultura, sino también por su gastronomía. Hay muchos buenos motivos para visitar la capital de Baleares y disfrutar de unos platos espectaculares. Y no solo arroces y otras delicias que conforman los platos más atractivos de esta cultura gastronómica son un buen motivo para acercarse hasta las mesas de los restaurantes mallorquines. Los dulces son muy atractivos y desde luego, hay un producto que sobresale por encima de todos ellos: la ensaimada.
Este típico producto mallorquín es la joya de la corona de los dulces baleares. Su masa, esponjosa y sabrosa, permite disfrutar de una textura que atrapa y que gusta a casi todo el mundo. La tradicional forma en espiral del dulce es inconfundible y desde hace siglos, es uno de los productos más conocidos de la ciudad balear.
Su nombre procede de la palabra «saïm«, que significa manteca, que es uno de los ingredientes principales del producto. No hay un solo tipo de ensaimada, sino que hay varias especialidades según sus ingredientes. La tradicional es está espolvoreada con azúcar glas. Otra variedad es la que tiene relleno. Esta puede ser cabello de ángel, crema pastelera e incluso chocolate.
Otra de las variedades es la ensaimada de Banyalbufar, una especialidad que tiene una textura ligeramente más densa, que se distingue por su particular sabor y técnica de elaboración.
La miel también es un producto dulce típico de Mallorca. Tiene una calidad superior y su sabor es bastante distintivo, por la diversidad floral que hay en Mallorca. Las abejas liban el romero, pero también la lavanda y el tomillo, lo que permite una variedad de sabores muy atractivos e interesantes. Hay también plantas autóctonas, así que hay sabores de la miel que no se encuentran en otros lugares.
La temporada de recolección de miel se realiza entre mayo y octubre, cuando las condiciones climáticas son favorables para la floración. En este periodo se pueden encontrar muchas variedades de miel, cada una de ellas con su sabor definitorio. La miel de romero tiene un sabor suave y floral y se suele utilizar para acompañar quesos y postres, mientras que la miel de tomillo, de sabor más intenso y especiado, se utiliza para marinar carnes y como aderezo de ensaladas.
La miel de lavanda es muy apreciada por su delicado aroma y sabor, así que se utiliza para endulzar infusiones y dulces. Además, la apicultura sostenible permite que este oficio se convierta en un argumento sostenible para explotar un bien natural tan apreciado como sabroso.
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