Polopos, un pueblo de Granada que triunfa entre los holandeses
A veces un lugar desconocido se convierte para cierto colectivo en un lugar de culto. Ya sea por su mención en un libro, su aparición en una serie o una película, que salga en la letra de una canción poco conocida de tu grupo favorito … O bien, como le ha pasado al pueblo granadino de Polopos, un reality show de una televisión de los Países Bajos.
Para poneros en situación, lo primero deciros que Polopos es un pueblo de la provincia de Granada, en la comarca de la Costa Granadina, compuesto por varios nucleos de población, todos ellos poco poblados y en riesgo de despoblación, en algunos casos. A poco menos de cien kilómetros de la capital de provincia, La Mamola es el núcleo principal, donde se encuentra el ayuntamiento de la localidad, pero el núcleo que nos ocupa es el que lleva el nombre propio de Polopos, y que está en el interior, en el corazón de la llamada Sierra de la Contraviesa.
Para que os hagáis una idea de lo remoto de la población, en este pueblo se cerró la última central telefónica manual, de las que se manejaban con clavijas en manos de una habilidosa operadora, y aquello ocurrió en el no muy lejano 1988. Aparte, la localidad ha perdido en los últimos tiempos muchos habitantes, quedándose en una cifra que apenas supera el medio centenar. Todos estos datos llevaron a la productora a elegir este lugar como el ideal para desarrollar su reality show, un programa en el que varias parejas holandesas empezarían una nueva vida, muy diferente a la que hasta entonces vivían.
El éxito del reality show ha convertido a este desconocido pueblo, con perdón, en un destino casi preferente para los turistas que vienen de los Países Bajos hacia España. Aparte de conocer la bella ciudad de Granada o de tomar el sol, valga la redundancia, en la Costa del Sol, los holandeses llenan las calles del pueblo. Han pasado de ser simples telespectadores a vivir durante unas horas en su propia piel el reality show, bien porque se enamoraron de lo que vieron en pantalla o bien por simple curiosidad, o incluso por cierto frikismo.
Al principio, estos turistas despertaban la curiosidad del pueblo, pero ya se puede decir forman parte del día a día. De hecho, los ganadores del concurso han sido condecorados como ciudadanos honorarios y han decidido echar raíces en la localidad y llevar a cabo la finalidad del concurso, invertir la recompensa en rehabilitar una casa y convertirla en un espacio para artistas de todo el mundo, una especie de residencia para aquellos que quieran descubrir, y quien sabe si también asentarse, en esta población granadina.
Foto | Wikimedia Commons – Husky
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