Trasmoz, el pueblo excomulgado de la provincia de Zaragoza
A los pies del Moncayo, una de las cumbres más altas de la Península Ibérica, encontramos una serie de pueblecitos y aldeas que, no por pequeñas y olvidadas, eso significa que no tengan historia. Hoy por eso en este artículo nos detenemos en una de ellas, Trasmoz, y lo hacemos porque cuenta con una de las historias más peculiares del país.
Desde 2001 Trasmoz celebra su Feria de la Brujería como una de las principales fiestas del pueblo
Con apenas medio centenar de habitantes, esta aldea de Trasmoz recibe callada y tranquila a los visitantes. Son pocos habitualmente, aunque a principios de julio la cifra sube, todo desde que se celebra el Feria de la Brujería. Y es que la aldea ha querido aprovechar, como filón turístico, toda esa historia y todos esos cuentos que hablan sobre la presencia de brujas en la zona, en tiempos muy pasados, claro está.
Un par de esas historias son completamente ciertas. La primera, la de que Trasmoz es un pueblo excomulgado. Tal y como lo leen, por una disputa con el cercano Monasterio de Veruela, el abad excomulgó al pueblo en sí mismo. Aquello ocurrió en el siglo XIII y ya ha llovido desde entonces, pero en todo este tiempo ningún Papa, el único que puede revertir la excomulgación, ha dado orden de que así sea, aunque esto no ha impedido que las tradiciones cristianas se cumplen religiosamente, nunca mejor dicho.
La otra historia cuenta que Trasmoz está oficialmente maldito desde el siglo XVI. De nuevo por más disputas con el Monasterio de Veruela, el abad de entonces decidió ir un paso más allá y maldecir al pueblo, a su señor, los habitantes y todos los descendientes de estos. Como veis, cosa seria eran entonces los temas de los derechos y los impuestos, que de tal modo arreglaban las cosas.
Becquer menciona a Trasmoz y sus brujas en su obra «Cartas desde mi celda»
A todo esto hay que añadir las leyendas sobre las brujas y los fantasmagóricos aquelarres que se celebraban, bien fuera en los bosques del entorno o bien a resguardo tras los muros del Castillo de Trasmoz. Leyendas que alimentó en el siglo XIX nada menos que Gustavo Adolfo Becquer, que alojado en el Monasterio de Veruela en pos de mejorar su estado de salud, sacó partido literario a las historias que oía de los vecinos de la comarca.
Así que, como podéis leer, este pueblo de la provincia de Zaragoza tiene algo particular. A quienes gusten de estos lugares, no duden en visitarlo, suban hasta los restos del castillo, recorran los bosques, y busquen a las brujas. Revivan esas leyendas de otra época y esas supersticiones que en este pueblo, una vez al año al menos, se tornan vivas.
Foto | Wikimedia – Diego Delso
Comentarios cerrados