Otoño en Nueva York, la estación ideal para visitar la Gran Manzana

Escrito por: Victor Alós    18 agosto 2015    2 minutos

Cuando llega el otoño, Nueva York se cubre de los colores propios de esta estación. Central Park cambia de color, sin acabar de acertar si debe permanecer verde o si se está convirtiendo en una gran superficie de color marrón. Los árboles están comenzando a perder las hojas, las temperaturas se calman y todavía no llega el frío del invierno. Es, dicen, el mejor momento de conocer la Gran Manzana.

Nueva York es la ciudad que nunca duerme y tras el verano se prepara para recibir las nieves, se sacan los abrigos y las bufandas, pero antes toca vivir uno de los momentos más especiales en esta ciudad. Las calles cambian de color, al igual que Central Park y comienzan a aparecer las calabazas, fruto del otoño y que inunda Nueva York de muchas maneras. Las calabazas sirven de ingrediente de cientos de recetas que nos harán disfrutar otro tipo de gastronomía.

En cuanto a celebraciones, llegan las típicas de la temporada otoñal. En estos meses previos al invierno se celebra la fiesta de San Genaro, que tiene como principal punto de celebración Little Italy. Es una fiesta que trajeron los inmigrantes procedentes de Nápoles y que se celebra el 19 de septiembre.

Otro de los grandes acontecimientos es el célebre maratón de Nueva York, una dura prueba atlética que se celebra el primer domingo de noviembre y en el que participan decenas de miles de corredores de todo el mundo. Pero la gran fiesta de otoño es, claro, Halloween.

Aunque parece que esta celebración es más propia de poblaciones más pequeñas, no hay que olvidar que Nueva York es la unión de varios barrios, en los que continúa la tradición. Incluso se mantiene, en algunas zonas, la tradición de pedir golosinas puerta por puerta. Una tradición que Nueva York mantiene y potencia.

Además, la vida cultural continúa siendo intensa durante estos tres meses. La celebración del Día de Acción de Gracias, otra de las grandes fiestas estadounidenses, también se hace notar en sus calles y hace que, como dice la canción, no hay nada como el «otoño en Nueva York».

Foto | Rafael Estrella – Flickr

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