Tallin, capital de Estonia y Patrimonio de la Humanidad

Tallin, capital de Estonia y Patrimonio de la Humanidad

Escrito por: Xavi    9 diciembre 2016    3 minutos

Desde la independencia de la República de Estonia en agosto de 1991, Tallin es la capital. Así, esta ciudad de alrededor de 500 mil habitantes alberga las principales instituciones gubernamentales y económicas de este pequeño país de la región del Báltico.

Pero Tallin es mucho más que la capital de Estonia, es una ciudad con gran historia y con un importante patrimonio monumental y cultural. Por eso, está desde hace muchos años en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, lo que la ha convertido en uno de los destinos más interesantes de la zona del mar Báltico.

Ahora, vamos a conocer los principales encantos de Tallin. Para ello, vamos a distinguir tres grandes espacios: la ciudad vieja, la ciudad alta y lo que está fuera de estos dos lugares.

Vannalin

La Ciudad Vieja o Vannalin es el alma de Tallin, una ciudad medieval con calles de adoquín que parten desde la plaza principal, Raekoja Platz. En esta plaza se encuentra el Ayuntamiento, en un edificio de estilo gótico del siglo XV, y también encontrarás numerosos bares y comercios, entre ellas la que está considerada como la primera farmacia del mundo, también del siglo XV.

Callejeando se pueden encontrar numerosas iglesias, como la de San Nicolás o la del Espíritu Santo. La más importante es la Iglesia de San Olaf, que data aproximadamente del siglo XIII y de la que dicen que llegó a ser en su día el edificio más alto de Europa. Junto a la iglesia se encuentra una torre conocida como la Gorda Margarita, que formaba parte del entramado defensivo de la ciudad, del que se conserva buena parte.

Troompea

Troompea es el nombre que recibe la ciudad alta, un buen lugar para disfrutar de las vistas de la Ciudad Vieja y que también tiene sus lugares de interés. Por ejemplo, aquí está la sede del gobierno estonio, el Parlamento, que ocupa un palacio barroco dentro de un edificio histórico de la ciudad, el Castillo de Troompea, que data nada menos que del siglo IX.

Aquí tenemos la Catedral de San Alejandro Nevski, la típica iglesia ortodoxa de estilo ruso, construida en el siglo XIX y considerada desde siempre un símbolo de la dominación de Rusia. También está la otra catedral, la de Santa María, mucho más antigua pues data del siglo XIII y llena de sarcófagos y escudos de armas que vienen a simbolizar como un repaso histórico de la ciudad.

Otros lugares por ver

De entre los lugares que os podemos destacar fuera de las zonas más antiguas de la ciudad está el Palacio y los Jardines de Kadriorg, que fue levantado para residencia de los zares rusos allá por el siglo XVIII. Hoy día se pueden visitar sus dependencias, entre las que se encuentran un museo de pintura extranjera.

Otro barrio a conocer es Pirita, junto a la desembocadura del río del mismo nombre. Ahí se encuentran casas palaciegas, la torre de televisión (que supera los 300 metros de altura), y además algunas de las principales zonas verdes de la ciudad, entre las que se destaca el Jardín Botánico.

Por último, no hay que perderse la zona del puerto antiguo. En ella se puede visitar una antigua fortaleza y prisión, además de conocer (y poder subirse a ellos) barcos y submarinos.

Foto | Flickr – Pablo Alejandro Araujo

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