La Rochelle, una ciudad para vivir el mar en Francia
La Rochelle es una ciudad que vive de cara al mar y que ofrece una gran variedad de alicientes para disfrutar de ese ambiente marinero, festivo y relajante.
El acuario de La Rochelle, una manera más de vivir el mar en la localidad francesa
La Rochelle, como todas las ciudades que viven del mar, tiene una especial relación con el mismo y para demostrarlo, cuenta con un espectacular acuario.
Las ciudades que viven del mar siempre tienen una especial relación con el mismo. Una de las cosas que más cuidan es la biodiversidad, así que no es raro encontrar un acuario o unas instalaciones marinas que ofrecen la oportunidad de conocer a muchas de las especies que viven en las aguas del océnao. La Rochelle, como ciudad que vive del mar, también tiene un gran acuario.
El acuario es de titularidad privada y ocupa una superficie de 8.445 metros cuadrados, en los cuales se han construido los espacios por donde viven 12.000 ejemplares de 600 especies distintas. Su construcción comenzó para mostrar la colección del fabricante de acuarios René Coutant, pero poco a poco, fue creciendo para albergar más ejemplares y mostrar la gran variedad de vida que vive en el océano Atlántico.
La sala principal, dedicada al Atlántico, cuenta con 19 acuarios, muchos de ellos decorados como si fuera el fondo marino costero, con los grandes acantilados atlánticos como principal argumento. En estos espacios se pueden descubrir muchas de las especies que viven en las aguas cercanas a las costas francesas y se puede ver cómo se distribuye la fauna y la flora que vive en las aguas que bañan esa región francesa.
Otra de las salas muestra el fondo marino del Mediterráneo, que es otro de los grandes mares que cubren parte de la costa francesa. Pero también hay espacio para mostrar la vida en otros mares, ya que el acuario también tienen instalaciones para enseñar las especies que viven en las costas africanas y caribeñas. Un gran espacio dedicado a las medusas complementan estos espacios, que también muestran peces y especies de aguas más cálidas.
Hay un restaurante para reponer fuerzas y los visitantes pueden llevarse un recuerdo en la tienda que cierra la visita al acuario.
La función del acuario de La Rochelle, como suele ocurrir con este tipo de instalaciones, no solo es un escaparte de especies marinas, sino que también cumple con la función de centro de investigación y protección del medioambiente, así que se sabe que con la entrada se colabora con el medioambiente y la conservación de estas especies.
El horario es de lunes a domingo, de 9:00 a 20:00 horas y el precio de la entrada arranca en 18 euros para los adultos, aunque hay entradas más económicas por edad o circunstancias especiales.
Que no te la cuelen: planifica bien tu viaje y evita estas estafas en tus vacaciones 
Macedonia Central, el destino descubierto por los españoles para enamorarse de Grecia 
Verano en Bruselas: flores, festivales y gastronomía típica Comentarios cerrados