Toulouse: claves para disfrutar de una ciudad universitaria
Toulouse es una de las ciudades francesas que cuentan con una universidad y eso marca su vida diaria, junto al rico patrimonio y sus calles con fachadas rosadas
tiene muchas ciudades que se han convertido en destino de muchos visitantes. Burdeos es una de las preferidas, ya que tiene muchos argumentos turísticos para disfrutar de un fin de semana muy intenso y con mucho que ver. Si hablamos de Burdeos, nos viene a la mente su afamado vino, su gastronomía y un patrimonio muy extenso. Así que vamos a descubrir alguno de los rincones que esconde esta ciudad.
Somos partidarios de callejear por las ciudades que visitamos. Es importante para descubrir muchos de los elementos que se alzan en cada una de ellas y descubrir cosas que normalmente pasan desapercibidas. Las calles del barrio están empedradas y esconden rincones como la Grosse Cloche, que está considerado como uno de los campanarios más bonitos de Francia. En este barrio tradicional hay tiendas de productos típicos y una gran variedad de restaurantes y bares.
La catedral es uno de los edificios más representativos de Burdeos. Se encuentra en la plaza Pey Berland y fue declarada Patrimonio de la Humanidad porque pertenece al Camino de Santiago. Esta catedral gótica iba tener cuatro torres, pero finalmente solo se levantaron dos. La más importante es la Torre Pey Berland. La entrada a la catedral es gratuita, pero para subir a la torre hay que comprar una entrada, que cuesta 6 euros.
Esta plaza, que está muy cerca del puerto, es uno de los rincones que no hay que dejar de ver. Las fachadas de los edificios son de estilo clásico del siglo XVIII y enmarcan un monumento muy especial, el Espejo de Agua. Este es una instalación muy original, que lo forma una fina capa de agua en el suelo de la Plaza de la Bourse. El agua crea un efecto espejo en toda la plaza y resulta ser uno de los lugares favoritos de los visitantes de la ciudad. En
El Puente de Piedra es el más antiguo de la ciudad. Su construcción se debió a Napoleón y permite pasar de una orilla del río Garonne a la otra. Desde hace varios años se ha prohibido la circulación de coches, así que solo se puede cruzar andando, en bici o en el tranvía, así que es ideal para dar un paseo y ver la ciudad desde el propio puente.
Para acceder al barrio de Saint Pierre, se pasa por esta torre de estilo gótico renacentista. En su momento, formaba parte de la muralla de Burdeos y ahora acoge una pequeña exposición sobre el desarrollo de la ciudad a lo largo de los siglos. Además, se puede subir hasta la parte más alta para obtener una magnífica vista de la ciudad.
Estos son solo alguno de los lugares que se pueden visitar en Burdeos, una ciudad que es importante conocer y que ofrece una gran oportunidad de pasar un buen fin de semana de escapada.