Palacio de Luxemburgo, el capricho de María de Médici
Junto a la orilla del Sena, en el distrito parisino número 6, encontraremos un palacio y un jardín encargado por María de Médici. El Palacio de Luxemburgo perteneció a un duque llamado François de Luxembourg y de ahí su nombre. Al fallecer Enrique IV, su mujer María de Médici empezó a agobiarse de las intrigas y tramas que la rodeaban en la corte y decidió darse el capricho de trasladarse a las afueras.
Así es como llegó hasta el palacio y decidió comprarlo. Pero María echaba de menos la arquitectura de su Florencia natal y decidió llevar a cabo unas obras para remodelar el palacio y que se pareciese más a su antigua residencia, el Palacio de Pitti.
En 1615 comenzaron las obras bajo la dirección del arquitecto Salomon de Brosse. Antes si quiera de que terminasen los trabajos en el año 1624, María Médici decide instalarse en sus nuevos aposentos. Sin embargo poco los disfrutó ya que en 1631 tuvo que exiliarse. Tras su muerte el palacio lo heredó uno de sus hijos. En el año 1715 el palacio pasó a manos de Felipe III de Orleans y sus dos hijas, una de ellas, la duquesa de Berry sería la protagonista de diversos encuentros amorosos en el interior de sus paredes y en sus jardines.
A lo largo de los años el Palacio de Luxemburgo ha ido sufriendo ampliaciones y modificaciones para adecuarse a cada uso. Sirvió como palacio, prisión durante el periodo revolucionario «el Terror», sede del Directorio (gobierno de la I República Francesa) e incluso fue usado por los alemanes como cuartel. Finalmente en el Palacio de Luxemburgo se encuentra la sede del Senado Francés.
Vía | Wikipedia
Foto | Gtres