Los puentes más largos de Francia

Nos vamos hasta Francia de puente, pero eso no significa que hemos enganchado varios días festivos y nos vamos de vacaciones allí, sino que, en un sentido más literal de la palabra, nos vamos a ver puentes: los puentes más largos de Francia. Y empezamos por el puente de Oleron, que fue en su momento el más largo del país, ya que en el momento de su construcción, el año 1966, no había otro en el país que alcanzara los 2862 metros de longitud que tiene éste.

Este puente une la Francia continental con la isla de Oleron, desde la localidad de Bourcefranc-le-Chapus, y es la única manera de llegar por vía terrestre a esta isla. Una isla situada en el Atlántico y que, quitando los territorios de ultramar, es la segunda más grande de Francia, sólo superada por Córcega. Es una isla bastante turística, principalmente personas que buscan alejarse de la gran ciudad y relajarse en un entorno menos urbano y más natural.

A menos de cien kilómetros hacia el norte, nos encontraríamos con otro archipiélago semejante: la isla de Ré. De dimensiones más pequeñas pero igualmente turística, la isla quedó unida al continente vía carretera por un puente que llega hasta la localidad de La Rochelle. Inaugurado en el año 1988 tras cuatro meses de construcción, la longitud total de este puente sobre el mar es de 2926 metros, con una altura en su punto máximo de 42 metros.

Al contrario que sucede con el puente de Oleron, que en principio era de pago y ya no, para cruzar y llegar hasta la isla de Re hay que pagar un peaje. Actualmente a este peaje se le llama ecotasa, ya que las ganancias van destinadas a preservar los espacios naturales de la isla. Hay que señalar que, y con más hincapié en temporada alta, esta ecotasa es cara para vehículos a motor, algo que se hace para fomentar el uso de medios menos contaminantes como la bicicleta o incluso el compartir vehículo.

Para añadir un puente más a esta lista, y más largo todavía, sólo nos desplazaremos un poquitín más hacia el norte, hasta Nantes. Dejando atrás esta ciudad y siguiendo el curso del río Loira hasta casi su desembocadura, nos encontramos con un puente de tipo atirantado que, en total, supera en longitud los tres mil metros. Se llama Puente de Saint Nazaire, porque esa es una de las localidades que une este grandísimo puente.

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Saint Nazaire, aunque no muy popular para el gran público, no es una ciudad cualquiera, pues su puerto es uno de los más grandes del Atlántico y sus astilleros son mundialmente conocidos. Todo rodeado de una región que es parque natural. De ahí la necesidad de construir un puente de tal magnitud, que facilitara el acceso a la ciudad, y de hecho este puente es famoso por su numeroso tráfico y sus atascos, especialmente durante la temporada de verano, y es que hay que señalar también que está libre de peaje.

Foto 1 | Flickr – Patrick Janicek
Foto 2 | Wikimedia Commons – Wladyslaw

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