Kecskemét, belleza en el centro de Hungría
Viajando por la parte central de Hungría, entramos en el condado de Bács-Kiskun, que alberga la octava ciudad más grande de todo el país. Las calles de esta localidad desprenden una gran belleza arquitectónica que hacen de nuestra estancia un momento fotográfico para nuestra retina. Hablamos de Kecskemét.
Kecskemét tiene una antigüedad de casi cinco mil años, aunque se la reconoce como ciudad a partir del siglo XIV. Gracias a la ocupación turca, Kecskemét adquirió un importante papel comercial, sobre todo por el interés que tomaron en ella sus ocupantes. Desde el siglo XIX, es conocida por su producto vinícola y por su carácter histórico.
Al comenzar a recorrer las calles de esta localidad, tenemos varios puntos en los que nos podemos detener. El Ayuntamiento data de finales del siglo XIX y su decoración supuso una piedra de toque para el denominado estilo romántico nacional, que acabaría culminando en el Museo de Artes Aplicadas de Budapest.
Un edificio de viviendas convertido a museo y galería es el famoso Cifrapalota. Su construcción data de los primeros años del siglo XX en estilo Art Noveau. Los azulejos de porcelana que decoran su fachada y su elegante techo alto llaman mucho la atención del visitante que, a día de hoy, estará visitando la Galería Kecskemét, en la calle Rákóczi.
También podemos encontrar edificios de tipo religioso como la Iglesia Vieja o la Sinagoga. La Antigua Iglesia Católica es la más grande de toda la Gran Llanura Húngara y data de finales del siglo XVIII. Su monumental torre de setenta y tres metros de altura nos permite apreciar una panorámica de toda la ciudad.
Pasado mediados del siglo XIX, fue construida la Sinagoga de Kecskemét. En el año 1911, un terremoto destruyó las cúpulas originales, siendo reemplazadas por las que se pueden contemplar en la actualidad. Es considera como la Casa de la Ciencia y la Tecnología, conservando una réplica en yeso de una estatua de Miguel Ángel.
Otro lugar interesante es el teatro Jozséf Katona, en honor al popular dramaturgo húngaro del siglo XIX del mismo nombre. Construido en estilo neobarroco, su apariencia exterior puede recordar al de una especie de joyero, siendo su acabado muy apreciado por la vista, sobre todo de noche.
Para más lugares culturales, no podemos dejar de visitar algunos museos de la ciudad como el Museo Húngaro de la fotografía, que recoge documentos de personajes nacionales e internacionales, así como negativos de fotografías, máquinas y diversos objetos. Se puede visitar en la calle Jozséf Katona, de miércoles a domingo, de 10 de la mañana a 5 de la tarde (del 1 de abril al 31 de octubre) y de miércoles a domingo, hasta las 4 de la tarde el resto del año.
Un lugar de cultura y belleza curiosa en el que, probablemente, no repararíamos al planificar nuestras vacaciones pero que nosotros le facilitamos para que pueda descubrir otro rincón más de las fascinante tierra magiar.
Vía | wikipedia
Foto | flickr-Simon Hooks
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