Jolasveinar, una tradición navideña de Islandia
Cada país tiene sus propias costumbres navideñas y en algunos encontramos algunas de lo más curiosas. Ahora nos detenemos en Islandia, un país en el que abundan las historias y creencias en personajes mitológicos y pintorescos como los duendes, los elfos o los trolls, estos últimos protagonistas de la tradición que vamos a contaros ahora.
Hablamos de los Jolasveinar, de nada menos que trece trolles que son los se encargan de traer premios a los niños que se portan bien y castigos a los que se portan mal. Es una tradición en realidad edulcorada, pues lo que antes se le contaba a los niños es que si se portaban mal vendrían dos trolls, Grýla y Leppalúdi, les secuestrarían y se los comerían, y que sus hijos bajarían de las montañas a los pueblos para robar y hacer todo tipo de trastadas.
Hoy día, son personajes más amigables que, sin dejar de hacer travesuras, se portan mejor, especialmente con los niños buenos. Son nada menos que trece trolls que van llegando de uno a uno y cada día antes del día de Navidad, y se van marchando del mismo modo después. Es decir, que desde el 12 de diciembre que llega el primero hasta el 6 de enero que se va el último, estos personajes merodean por las casas de todo islandés y cometerán diversas trastadas si los niños se portan mal.
Cada troll tiene su propio nombre, con el que se señala además la pequeña fechoría que cometen. Así, estos son esos trece trolles de la tradición navideña islandesa (en riguroso orden de llegada):
- Stekkjastaur, que robaría ovejas.
- Giljagaur, que le gusta robar la leche.
- Stúfur, que roba cacharros de cocina para comerse los restos de comida pegados.
- Þvörusleikir, que roba cucharas para chuparlas.
- Askasleikir, que es quien roba los platos.
- Pottasleikir, que roba las sobras de comida
- Hurðaskellir, un travieso troll al que le gusta dar portazos por la noche.
- Skyrgámur, que roba los skyr, una especie de yogurth que es originario de Islandia.
- Bjúgnakrækir, cuya especialidad es robar salchichas.
- Gluggagægir, que fisgonea para ver que puede robar (sin ninguna predilección en particular).
- Gáttaþefur, adicto al laufabrauð, el típico pan islandés que se elabora por Navidad.
- Ketkrókur, que se dedica a robar la carne.
- Y por último, Kertasníkir, al que le gusta robar las velas.
Como cada uno de estos trolls va dejando pequeños regalos a los niños, se podría decir que son un equivalente de Santa Claus o los tres Reyes Magos. Pero un equivalente islandés, donde ya decimos que las historias con trolls, duendes y elfos forman parte intrínseca de la cultura y tradición del país.
Foto | Flickr – Lisa Stevens
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