Castel Gandolfo, lugar de retiro de los Papas
El jueves 28 de febrero de 2013 fue el día en el que Benedicto XVI dejó oficialmente de ser Papa de la Iglesia Cristiana. El ya ex Papa ha dejado el Vaticano y mientras espera que le acondicionen el monasterio en el que va a vivir, se ha retirado ahora una ciudad cuyo nombre está ahora en boca de todo el mundo: Castel Gandolfo.
Castel Gandolfo, que se encuentra a unos de 30 kilómetros al sureste del corazón de Roma, es la villa a donde se retiran para descansar o de vacaciones, si me permiten el término, los distintos Papas que han ido ocupando el cargo que ahora mismo está vacante, mientras no se celebre el nuevo cónclave. Al menos, desde finales del siglo XVII.
El origen de Castel Gandolfo lo encontramos en el siglo XII. La familia Gandolfi decide que ese cerro en altura, a casi 500 metros y a los pies del lago Albano, es el lugar ideal para levantar un castillo que les sirva de residencia. Y de ahí deriva el nombre de la ciudad que creció alrededor de esta construcción, Castillo de los Gandolfi. Un siglo más tarde, el castillo pasó a ser propiedad de otra familia, los Savelli, y luego a manos de las propiedades del Vaticano.
Desde 1596 pertenece el Castillo a la institución eclesiástica, pero no fue hasta el siglo XVII cuando se levanta el palacio por orden del Papa Urbano VIII, Papa que entre otras cosas condenó a confinamiento a Galileo pese a que era su protegido. Carlo Maderno, el hombre que concluyó la Basílica de San Pedro, fue el que diseñó también este Palazzo dei Papi que tanto hemos visto estos últimos días.
Por lo demás, no hay mucho más por ver en Castel Gandolfo, pues es una ciudad pequeña y tranquila. Precisamente por eso, es ideal para retirarse y para huir del calor de Roma en verano.
Foto | Flickr – Rosemary Dukelow
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