Cefalú, turismo termal en Sicilia
Los pueblos de la costa, cuando llega el verano, siempre ven como su población se duplica o triplica. Es el caso, por ejemplo, de Cefalú, un precioso pueblo siciliano a menos de 70 kilómetros de la capital, Palermo, y que en temporada alta incrementa y mucho su cifra de habitantes, habitualmente rondando los 13 mil.
La verdad es que Cefalú tiene motivos de sobra para convertirse en un destino turístico idílico. Así, ha pasado a ser un gran centro de peregrinaje veraniego para los sicilianos, cuando antes sólo era un pequeño pueblo pesquero lleno de tipismo, cosa que todavía podemos ver en su puertecito, sus barquitas y sus viejas casitas.
Su pasado árabe, entre los siglos IX y XI, marcan el dibujo de una población que vive al abrigo de un promontorio montañoso. Sus calles son laberínticas, pero no hay mucha pérdida, pues si el refrán dice que todos los caminos llevan a Roma, en Cefalú podríamos decir que todos los caminos llevan al Duomo, a su Catedral.
Este templo que comenzó a construirse en el siglo XII, en época normanda, y que es fiel reflejo del estilo conocido como románico siciliano, merece la pena que se le dedique un momento. Hay que salir de la playa y acercarse a conocerla, por fuera, por dentro, e incluso desde lejos. Y es que es imprescindible subir a la montaña y disfrutar de las vistas, especialmente de noche.
De la montaña bajan manantiales que son los que han relanzado a Cefalú como destino turístico. Y es que por encima de las playas, de los monumentos o los museos, los visitantes llegan aquí en busca de los beneficios de las aguas termales, en busca del relax y para limpiarse de las impurezas de la cotidianidad de la vida diaria.
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