El Negroni, clásico cóctel italiano

Como cada tarde, Camilo Negroni paseaba hasta el Cafe Casoni de Florencia en busca del aperitivo. Rodeado de esa aristocracia que no aceptaba su desinhibido modo de vida, tan sólo tenía que echar una de esas miradas cómplices al barman para que éste le prepara un Americano, una sencilla copa para abrir el apetito de cara a la cena.

Pero un buen día de 1920, al Conde Negroni le hastió esta rutina. Y con esa complicidad y confianza que se crea entre un barman y un tipo como él, le dijo que aquella vez no quería lo de siempre, que quería algo nuevo. Casi involuntariamente, se estaba gestando la creación de un cóctel casi centenario y de fama mundial.

El simple gesto de añadir ginebra, una bebida que él Conde conocía y apreciaba de sus viajes fuera de Italia, a la combinación de vermú y bitter creó un cóctel que ha ganado adeptos a lo largo y ancho del mundo. El barman, de nombre Fosco Scarselli, no pecó de soberbia y consideró que aquella bebida, que se convirtió en el nuevo «lo de siempre» para el señor Negroni, debía llevar el nombre del ideólogo, y así viene siendo desde hace más de 90 años.

Hay muchos detalles a tener en cuenta para preparar un Negroni perfecto. Se debe usar un vaso ancho y bajo, preferentemente del tipo Old Fashioned. Las tres bebidas, ginebra, vermú y Campari, deben servirse en la misma proporción y frías, aunque el cóctel se acompañe con hielo, para que este no se derrita y varíe la composición.

Puede parecer sencillo de preparar, pero los elitistas consumidores de este cóctel suelen ser bastante exigentes, pues se necesita la perfección para conseguir un sabor agradable. Por eso, son pocos y escogidos los lugares para tomar un Negroni perfecto. ¿Nos recomiendas alguno?

Foto | Flickr – Mario Bonifacio

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