La Basílica de San Antonio de Padua

En el año 1231, moría Antonio de Padua, un fraile franciscano nacido en Lisboa y que pasó la mayor parte de su corta vida predicando en Italia. Tal era la fama de este hombre como predicador y la devoción que suscitaba, que a los dos años ya había sido canonizado.

Aun muerto, la devoción por este santo crecía, y así, acudían por millares a visitar su tumba, que se encontraba en una pequeña iglesia franciscana de Padua, llamada Santa María Madre del Señor. Ante esta tesitura, se decidió que había que levantar sobre esta iglesia un lugar más acorde para los restos del santo y para recibir a los peregrinos que allí acudían.

Y así es como se erigió la Basílica de San Antonio de Padua, el monumento más conocido de esta monumental ciudad italiana y una de las iglesias más populares del país. Se trata de una esplendida obra arquitectónica que se levantó entre el siglo XIII y parte del XIV, de estilo gótico y de una belleza prácticamente inconmensurable, especialmente en su interior.

Tanto la nave central como las capillas de las naves laterales, como la Capilla del Tesoro, la de la Virgen Mora o del Santísimo, parece como si pelearan en belleza las unas con las otras. Por supuesto, no nos olvidamos de la Capilla de San Antonio, donde se encuentra la tumba de este santo que es patrón de muchas ciudades a lo largo de todo el mundo.

Web oficial | Basilica del Santo
Foto | Flickr – Leandro Neumann Ciuffo

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