La Catedral de San Lorenzo, en Génova
La Catedral de Génova es uno de los principales monumentos de la ciudad y el principal edificio religioso, pues es sede de la diócesis. Está dedicada a San Lorenzo, un santo español, pues se cree que nació o bien en Huesca o bien en Valencia, y que murió joven tras sufrir martirio en Roma.
Por su aspecto exterior, esta catedral que comenzó a construirse en el siglo XII llama la atención, pues se alternan las piedras de mármol negro y las de mármol blanco. La fachada fue lo primero que se construyó, así que es la parte más antigua y de estilo románico, mientras que ya en el interior vira al gótico, pues la construcción se alargó durante al menos un par de siglos más.
Un interior que se divide en tres naves, la central o principal y las naves laterales, donde se encuentran las diferentes capillas. Algunas de ellas son bastante lujosas y cuentan con un importantes grupo de obras de arte donadas en tiempos pasados por las familias importantes de la ciudad, como los Spinola o los Lercari.
Aunque entre tanta obra de arte, lo que más llama la atención a los visitantes es un obús militar, una bomba que cayó durante la Segunda Guerra Mundial pero que no explotó, por lo que el edificio se salvó de una destrucción casi segura. La bomba se venera en esta Catedral como un símbolo de la protección de Dios.
La visita a este edificio, sito en la Plaza de San Lorenzo, se completa con la entrada al Museo Diocesano y al Museo del Tesoro de la Catedral. Ya para acceder a estos dos lugares, que se encuentran en el interior de la Catedral, hay que pasar por taquilla.
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