Los jardines de Ninfa
La historia de Ninfa es la de una ciudad maldita. Las luchas de poder entre las grandes familias por el control de la misma causaron muerte y destrucción en una ciudad en la que palabra paz no se conocía.
Tras un tiempo escaso de prosperidad, apenas un siglo, bajo el mandato de los Caetani, Ninfa fue definitivamente abandonada por los ciudadanos que habían sobrevivido a las enfermedades y a los últimos ataques. Y los Caetani se quedaron con una ciudad vacía entre manos, con toda la historia por delante, pues todavía no hemos llegado al siglo XV, y sin saber que hacer con tales posesiones.
Durante varios siglos, se dieron pasos pero ninguno tan en concreto como los que dieron en el siglo XIX los herederos de los Caetani, convirtiendo a Ninfa en un jardín botánico. Un jardín de los que se llevaban en la época, de estilo anglosajón, con fuentes, piscinas y plantas que crecen entre los edificios y ruinas de la antigua ciudad.
Estos jardines perviven hoy día y se pueden visitar. Para llegar hasta ellos si vehículo propio, se puede coger un tren desde Roma hasta una ciudad del sur llamada Latina, que viene a ser una media hora de trayecto, y ya desde ahí tomar un taxi, pues no hay otro medio de transporte público que acerque al lugar.
Aparte del transporte, la verdadera dificultad para visitar estos jardines está en que no tienen un horario de apertura habitual. Simplemente abren días sueltos entre mayo y noviembre, por aquello de preservar un ecosistema delicado. Así pues, hay que consultar la web de la fundación que gestiona estos jardines para saber qué días abre y así ver si se puede descubrir este rinconcito tan cercano a Roma pero no muy conocido.
Web oficial | Fondazione Caetani
Foto | Flickr – Harald Brendel
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