Los Palios de Siena
Una de las fiestas más importantes de cuantas se celebran en Italia tienen lugar en Siena. Son los Palios, unas carreras de caballos, una competición hípica que tienen origen medieval y que, aparte de ser un gran espectáculo, son una competición entre las contradas.
Una contrada es lo que vendría a ser un barrio, para que nos entendamos. Y Siena está dividida en 17 contradas. Cada una tiene sus colores y su escudo, que lucen los jinetes, los caballos y también la gente, como si de su equipo se tratase. Aunque hemos dicho que hay 17 contradas, sólo 10 participan en la carrera, las 7 que se quedaron sin participar en la vez anterior y 3 elegidas por sorteo.
Los palios de Siena se celebran durante dos ocasiones. La primera es el 2 de julio, en honor a la Virgen del Provenzano, y la segunda es el 16 de agosto, en honor a la Virgen de la Asunción. Antes o después, se han celebrado alguna que otra vez Palios extraordinarios, pero sólo para ocasiones especiales como por lo que se han dado muy pocas veces en la historia.
La carrera se celebra en el centro de la ciudad, en la emblemática Piazza del Campo frente al Palacio Comunal. La candrona que gana, es decir, el primer caballo con o sin jinete que cruza la meta, se queda el palio, que no es más que un estandarte, hasta la celebración al año siguiente de la prueba. Aparte del palio y del honor de ganar, el barrio ganador organiza los festejos de la victoria, a los que se invitan a los jinetes y hasta al caballo ganador.
Aunque la carrera dura un momento, la fiesta transcurre durante todo el día. Desde bien temprano, los sieneses toman el centro para asistir a los eventos religiosos, para almorzar en la calle o en casa de algún amigo que tenga un balcón con vistas privilegiadas, y a disfrutar de los desfiles previos a la disputa de la gran carrera.