Santa Maria delle Grazie, una de las iglesias más famosas de Milán
La Piazza Santa Maria delle Grazie es uno de los puntos más concurridos de Milán. Toma su nombre de la preciosa iglesia conventual que en ella se encuentra, que a su vez debe su nombre a que, en la capilla que iba a constituir su origen, se encontraba una virgencita que recibía la advocación de las Gracias.
Se trata de un convento dominico y una iglesia que se empezaron a construir durante el siglo XV, en la época del renacimiento, por mediación del por entonces Duque de Milán, Francisco Sforza. Las obras, dirigidas por el arquitecto Solari, no se iban a terminar hasta finales de siglo, cuando ya era Duque de Milán el cuarto hijo de Francisco, Ludovico.
Ludovico decidió que esa iglesia se iba a convertir en el mausoleo de su familia, lo que hizo que se realizarán nuevas y obras y que se encargarán nuevos proyectos, entre ellos, uno que iba a pasar a la posteridad. Y es que Ludovico ordenó que, en uno de los muros del refectorio, Leonardo Da Vinci llevara a cabo una de sus más ilustres obras, «La Última Cena».
La fortuna ha querido que esta pintura del gran Da Vinci haya sobrevivido a los avatares de los siglos venideros. Por eso, hoy es una visita ineludible para todo aquel que va a Milán, tan ineludible que, si no se concreta con tiempo y se compran las entradas con mucha antelación, es misión imposible.
Por tratarse de una de las joyas del renacimiento y por albergar tamaña obra de arte, entre otros muchos frescos destacados, estamos ante uno de los monumentos más importantes de toda Italia, que ya es decir. No en vano, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1980.
Web oficial | Santa Maria delle Grazie
Foto | Wikimedia Commons – Marcin Bialek
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