Slow Travel, una manera diferente para disfrutar del viaje

La posibilidad de viajar a lo largo y ancho del mundo a precios muy bajos ha propiciado que nos decantemos por viajes rápidos. Esos viajes de vacaciones en los que nos dedicamos a descubrir lugares más o menos lejanos, con la posibilidad de ver muchas cosas en poco tiempo, parecen ser lo ideal para descubrir esas ciudades y lugares para disfrutar. Pero esos viajes hacen que no se pueda estar a gusto y gozar de toda la experiencia que supone ese viaje a cualquier rincón del mundo.

Para contrarrestar esa costumbre de viajar rápido y con muchos puntos de visita, ha nacido el concepto de «slow travel«. Al igual que el Slow Food, que surgió como respuesta al Fast Food, esta propuesta intenta que el viajar no sea algo de consumo rápido y sin «alma», sino que se pueda disfrutar con calma. Integrarse en la comunidad a la que se viaja, conocer la gastronomía local y alojarse en un establecimiento que ofrezca algo más que la posibilidad de dormir y descansar tras una jornada de visitas rápidas a los monumentos de la ciudad.

El concepto Slow Travel es perfectamente válido para viajes a destinos urbanos como a destinos rurales. Las vacaciones rurales son ideales para aplicar este concepto, ya que las casas rurales tienen una serie de características que se ajustan perfectamente al concepto de Viaje Relajado, que sería una traducción bastante aproximada. Un hotel rural suele estar regentado por los propios dueños, así que se encargan de hacer la estancia más agradable.

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Un alojamiento rural suele abastacerse de comercios y productores locales, por lo que la experiencia gastronómica es más satisfactoria. Además, los hoteles rurales o las casas rurales suelen ser edificios rehabilitados. Esto permite recuperar el uso de estos edificios y fomentan la actividad empresarial en la población donde se ubican. El ambiente rural de un pueblo también ayuda a que nos olvidemos de las prisas y se fomente un tipo de actividades que aunque pueden resultar muy satisfactorias, no tienen el mismo ritmo que una estancia en una ciudad.

Los largos paseos, las rutas de senderismo o ciclismo, disfrutar de una gastronomía tradicional, un trato más cercano en los hoteles y casas rurales y otras ventajas hacen que las escapadas rurales sean el objetivo perfecto para un viaje Slow Travel. Pero en ciudad también se puede disfrutar de este concepto Slow Travel.

Slow Travel en viajes urbanos

En un viaje urbano, a una gran ciudad, también se puede optar a este tipo de viajes. Es cierto que el ambiente urbano es menos propicio para este tipo de viajes, pero es posible. Hay que buscar hoteles en los que los propietarios trabajen en el mismo. Esto ofrece, normalmente, un tipo de trato más personal. Que se nutran de proveedores locales o cercanos es importante también, porque ayudan a tener un menor impacto en el medio ambiente.

Es importante que el hotel elegido para realizar este viaje Slow Travel ofrezca una experiencia adecuada al concepto, que ayude a olvidarnos del estrés del viaje y que aporte un extra al viaje. Programas de ocio, relajación, una oferta gastronómica adecuada y que permita conocer la tradición de la ciudad o la región y un trato más personalizado, huyendo de comportamientos mecánicos de atención al huésped, son importantes en un Slow Travel. Un concepto de viaje que se está imponiendo poco a poco y que quiere que disfrutemos más de las vacaciones y conozcamos mejor el lugar al que vamos a visitar.

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