Cinco platos típicos marroquís para tomar en Marrakech
La gastronomía marroquí es muy similar a la española, ya que compartimos el origen mediterráneo, aunque en el país africano se cocina y condimenta de otro modo
Marrakech es uno de los destinos de Marruecos más visitados. La primera vez que se va a visitar suele haber una cierta desconfianza por lo que se pueda encontrar en una ciudad africana, que además pertenece a otra cultura. Hay que desterrar la idea de que se trata de una ciudad insegura, ya que es totalmente lo contrario. Marrakech se puede visitar sin problemas durante todo el año y sus habitantes son abiertos, simpáticos y se vuelcan en el turista.
Eso sí, como en todos los destinos de vacaciones, hay personas que quieren aprovecharse de los turistas y suelen tirar de la picaresca para engañar y sacar un rédito de las buenas intenciones de los visitantes. Como siempre, basta con poner atención a quien ofrece determinadas cosas y la manera en que lo hace. Estos son algunos consejos para visitar Marrakech por primera vez.
Es conveniente tener reservado el traslado del aeropuerto al hotel. Hay muchas maneras de reservar este trayecto, pero lo ideal es hacerlo cuando se reserve la estancia. Muchos hoteles disponen de este servicio y tiene un coste de alrededor de 15 euros, según el operador.
Para conocer bien la ciudad, aprender a moverse por ella y donde ir, lo mejor es contratar un guía para ese primer día. El guía ayudará a conocer la Medina y a moverse por ella. También indicará cómo coger un taxi, cual es la manera de regatear y los lugares donde es mejor no entrar. El guía puede ser para el grupo propio o ser para un grupo más amplio. Es conveniente contratar este guía o apuntarse al grupo de visita desde el destino, al preparar el viaje, para tenerlo todo atado desde el principio. El guía también puede ser quien recoja en el aeropuerto y quien realice el transporte al contrario al finalizar el viaje.
Como en todos los lugares turísticos, hay servicios oficiales y otros no legales. Es conveniente utilizar, por ejemplo, los taxis que estén correctamente identificados, con taximetro. Hay que comprobar que se activa este, aunque se puede pactar el precio del trayecto a realizar. Algún taxi incluso puede llevarnos a algún lugar fuera de Marrakech por un precio cerrado. Por supuesto, y como sucede con casi todo en ese país, el arte del regateo está presente, como una de las señas de personalidad de los marroquís.
Como ya he comentado, el regateo es la manera normal de comprar en Marrakech, al menos en los lugares populares. En las tiendas más internacionales y franquicias, obviamente no, pero si se visita el zoco o se solicita un servicio, es posible que se tenga que regatear. No hay que hacer caso del primer precio que ofrezca el vendedor. Hay que bajar el precio y poco a poco, ir acercando las dos cantidades. Se puede conseguir muchos productos o servicios a precios muy bajos, pero hay que procurar ofrecer siempre un precio justo.
En la Plaza Jemaa El-Fna hay muchas personas que ofrecen hacerse fotos con animales. Monos atados con cuerdas, serpientes y otros animales. Lo mejor es evitarlos, ya que las condiciones en que viven estos animales no son la idóneas. Evitando el negocio, se evitará que se mantengan en cautividad para entretenimiento para los turistas.
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