El bazar de Tánger
. El revoloteo entre la gente observando el colorido de las especies o los artesanos trabajando su propia mercancía es algo que solo se vive en Marruecos.
Si piensas hacerte con algún recuerdo de la ciudad o con algún regalo para la familia no olvides que en Marruecos el regateo es casi una obligación. Los mercaderes son muy convincentes así que intenta no llevarte lo primero que llame tu atención. Lo mejor es recorrer todas las calles y comparar precios y calidades antes de decidirte por uno u otro objeto.
En Tánger encontraremos un amplio surtido de productos. Al igual que en Fez, las piezas de cuero trabajado de forma tradicional copan un lugar importante en los tenderetes. Sus usos son muy amplios, encontraremos carteras, fundas para libros, bolsos o cubre sofás y taburetes. Los muebles hechos a mano también son muy valorados por los turistas. Cerca del Hotel Continental hay una fábrica donde podrás ver como trabajan la madera y también comprar alguna pieza. El trabajo de los vidrieros también deja anonadado a los turistas que miran embelesados las coloridas lámparas.
La artesanía de latón y la cerámica también está muy presente en Tánger. Numerosas tiendas venden accesorios de latón para la hora del té. De hecho al ser para ellos tan habitual el tomar té, han hecho casi todo un ritual para celebrarlo. Tazas, teteras y objetos de todo tipo para complementar el servicio de esta bebida. Igualmente los objetos cerámicos son numerosos aunque el que predomina es el tajín, un objeto para cocinar.
Si quieres realizar una visita curiosa puedes adentrarte en una de sus herboristerías. Allí encontraremos remedios naturales para todo tipo de afecciones. Los productos estrella son el ginseng, las cremas antiarrugas, el khôl para maquillar los hojos o los tratamientos para la psoriasis.
Vía | Turismo Tánger
Foto | Flickr-Tadolo
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