Ouarzazate, un gran plató cinematográfico en el Atlas marroquí
Probablemente cuando hables de cine no lo asocies con Marruecos. Sí, todos tenemos en mente la mítica Casablanca, pero no se conoce mucho sobre Ouarzazate, la ciudad que se ha convertido en escenario y plató de decenas de películas muy conocidas. Esta pequeña población situada en el Sur de Marruecos, ha sabido sacar provecho de sus primeras apariciones en películas de hace casi cien años para ofrecer sus vistas y sus servicios al mundo del cine.
Todo comenzó con una película dirigida por Louis Lumière en 1897, El caballero marroquí. Después llegaron superproducciones como Alí Baba y los 40 ladrones; El hombre que sabía demasiado, del maestro Hitchcock; Lawrence de Arabia o alguna más recientes como Gladiator, Black Hawk Derribado o Red de Mentiras.
Han sido muchas, que han aprovechado tanto las calles de la población como los grandes Atlas Corporation Studios y los CLA Studios. Los primeros son de titularidad marroquí, pero los segundos son propiedad del conocido productor Dino De Laurentiis y de Cinecittà, además de empresas locales.
En el primer gran estudio, que ocupa 160 hectáreas se pueden encontrar casi 30 de ellas ocupados por los inmensos decorados que han servido de escenario para muchas de las películas rodadas allí y que se han mantenido intactos, para alborozo de los aficionados al séptimo arte.
Entre esos decorados se puede ver la fortaleza que apareció en la película de Ridley Scott, El reino de los cielos, o el mercado de esclavos de Gladiator, del mismo director que ha rodado varias veces en este enclave marroquí. También se puede ver una galera, que ha sido utilizada en varias películas. También se puede ver el avión que utilizó Michael Douglas en La Joya del Nilo, así que las expectativas de los cinéfilos se verán cumplidas de sobras.
Foto | Sylvain Bourdos – Flickr
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