Huacachina, un oasis natural entre dunas
A cinco kilómetros al oeste de la ciudad de Ica se esconde una auténtica belleza natural, la Laguna de Huacachina. Un oasis entre dunas del estilo de los que nos ha acostumbrado Hollywood a ver, agua verde turquesa y árboles en medio de la nada. Es un lugar frecuentado por los iqueños y una visita obligada para el turista de la zona. Dispone de un edificio municipal cuyo color rojo destaca en medio del paisaje y de servicio de restauración y ocio.
El Gobierno recomienda evitar el baño en Huacachina pero se puede disfrutar simplemente con su contemplación, tomando un refresco en su orilla, comiendo en alguno de los restaurantes, paseando por el malecón e incluso alojándose en el hotel Mossone. Es posible comer por menos de 5 euros y recorrer la laguna en barca de pedales por algo menos de 3 euros.
Uno de los atractivos de Huacachina son los deportes de aventura como el Sandboarding, surf sobre la arena, para el que se puede alquilar una tabla por menos de 2 euros. O los llamados carros areneros en los que podemos subir por unos 40 soles por persona, cerca de 12 euros.
La laguna se formó cuando afloraron aguas subterráneas. Hoy día es alimentada artificialmente por pozos cercanos, al menos en un 60 por ciento. Nada queda de las propiedades curativas que se le atribuían, pero pese a eso y a las construcciones, sigue manteniendo su encanto y atractivo. Puedes llegar a ella en taxi, muy económico o en transporte público.
Hay otra versión sobre el origen de Huacachina, una leyenda romántica según la cual la jóven Huacay China formó la laguna con sus lágrimas tras la pérdida de su amor. Lo mejor es escucharla allí mismo, donde adquiere un tono aún más mágico.
Vía | Wikipedia
Foto | Flickr-Cspruit
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