Sayán, Tierra del eterno Sol

. En este lugar podemos visitar y disfrutar fundamentalmente de sus pastelerías y de sus haras o criaderos de caballos.

El 7 de enero de 1904 doña Santos Vargas de Lumbre empezó a vender entre sus amistades los alfajores que preparaba. Hoy Lucinda Nava Lumbre, su hija, continúa con la tradición detrás del mismo mostrador de Dulces Lumbre en el centro de Sayán. Con el tiempo, esta idea del negocio pastelero le daría fama a Sayán de ser un distrito de maestros dulceros.

Hoy existen gran cantidad de pastelerías cada una con un producto característico en particular, destacándose la panadería El solitario de Sayán con su sabroso pan chancay, y El sol de Sayán donde se recomienda probar el panetón. Este circuito de visitas por las pastelerías se complementa con la degustación de platos típicos, como el ceviche de pato, la pachamanca a la olla, el seco de cabrito, el picante de cuy y el conejo en rocoto.

Además de los dulces, los haras de Sayán son muy característicos del lugar y vale la pena visitarlos. En la mayoría de estos se aceptan visitas del público y es muy recomendable visitar el haras Gina, en Santa Rosa, donde es posible conocer las caballerizas, el cuidado y alimentación de los animales, y disfrutar de los caballos que están en el campo que se acercan a uno con total confianza. Para conocer este lugar debe solicitar el ingreso y programar la visita a través de su página web.

Vía | Elcomercio.pe
Foto | Flickr – Sarah Skatzenell

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